Sin duda, la imagen del domingo fue la del tenista Rafa Nadal emocionado en el suelo tras hacerse con su 21º Grand Slam en Australia, pero de cerca le ha seguido desde entonces la escena inmediatamente posterior en la que el deportista, en lugar de descansar, ducharse o atender a los medios, se dirige sin dilación a una bicicleta estática y pedalea durante una media hora.

Para muchos, la actitud del tenista que dejó boquiabierto a medio Twitter, era un claro ejemplo de constancia y dedicación, pero va mucho más allá. “Lo que hace Rafa tras su extenuante partido, es algo que se lleva haciendo mucho tiempo, sobre todo en el mundo del ciclismo”, explica Ismael Galancho, diplomado en Educación Física, Dietista deportivo, investigador y divulgador de temas deportivos. “Cuando hay un gran esfuerzo, es recomendable realizar esta recuperación activa mediante la realización de ejercicio suave que no exceda de los 30 minutos”, explica Galancho.

“De este modo, se mantiene la circulación en las piernas que permite que ese tejido siga recibiendo sangre y una buena oxigenación. Esto ayudará a que se eliminen antes los subproductos de desecho fabricados por el cuerpo durante el ejercicio”, explica Galancho. En artículos acerca de esta práctica se ha hablado erróneamente de ácido láctico y lactato, “pero no son lo mismo, de hecho el ser humano no produce ácido láctico”, zanja el experto.

Lactato y ácido láctico no es lo mismo

En este caso, hay que matizar que el cuerpo lo que produce es lactato, y que este no es el culpable de las agujetas como se ha dicho durante algún tiempo. “El lactato no produce fatiga, sino todo lo contrario, permite seguir haciendo ejercicio en un partido intenso. Es una fuente de energía”, explica Galancho.

Así, realizando un ejercicio moderado o ligero durante una media hora posterior al esfuerzo extenuante, se consigue hacer que ese tejido siga recibiendo sangre y la oxigenación sea mejor. Ello permitirá que el cuerpo limpie antes ciertos subproductos de desecho que se acumulan en el músculo, pero no el lactato como compuesto principal, que también, sino por ejemplo iones de hidrógeno.

“Hay que matizar que el lactato no causa fatiga, simplemente de correlaciona con la fatiga y por eso se mide. Correlación no es causalidad. La fatiga es producida por otros motivos, como la acumulación de iones de hidrógenos o hidrogeniones”, añade el divulgador.

Además, al llegar más sangre al músculo, “favorecerá la llegada de células del sistema inmune al músculo, las cuales llevarán a cabo la inflamación necesaria para la correcta regeneración muscular tras el daño producido provocando una regeneración más rápida”, zanja.