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El rival de Nadal

Open de Australia: Daniil Medvedev, el desafío del oso

El jugador ruso es frío en la pista y a la vez muestra un carácter explosivo durante los partidos.

El tenista ruso Daniil Medvedev.

Parece impasible, tímido y reservado. Su cara pocas veces delata lo que está pasando por su cabeza. Daniil Medvedev (Moscú, 11 de febrero de 1996) es frío cuando juega y su tenis es tan contundente como mecánico, pero le cuesta poco sacar un fuerte carácter si lo necesita. Disfruta leyendo, jugando al ajedrez o a la playstation con la que ha competido en torneos de videojuegos. Sus compañeros lo apodan el oso ('medvev', en ruso) y como un oso, y no de peluche, es capaz de tumbar al rival de un solo zarpazo con la raqueta o bramar enfadado si se siente maltratado .

Jaume Campistrol, el juez de silla catalán del partido contra Stefanos Tsitsipas, lo pudo comprobar y lo sufrió el viernes en directo cuando el tenista ruso explotó protestando por el comportamiento del padre del jugador griego que no paraba de hablar y dar consejos a su hijo.

"¿Eres estúpido?, ¿No lo ves? Su padre le está hablando durante cada punto. ¿Vas a responder a mi pregunta? ¡Mírame, te estoy hablando! ¿Dios mío cómo puedes ser tan malo y estar arbitrando una semifinal de Grand Slam", le soltó Medvedev indignado, antes de marcharse a los vestuarios para cambiarse de ropa tras perder el segundo set. Fue una protesta furibunda que le habría hecho merecedor de la misma sanción que Medvedev pedía para el padre de Tsitsipas. Al final del partido se disculpó.

No es la primera vez en este Open de Australia que el tenista ruso se enfada. Lo hizo hace unos días al sentirse discriminado por la organización del torneo que hasta cuartos de final no le puso en la Rod Laver Arena. "No sé qué tengo que hacer para jugar en la pista central en los Grand Slams, ya gané el último Grand Slam, soy el mayor cabeza de serie aquí", se quejó.

El recuerdo de Djokovic

Medvedev puede ser tan desagradable como ocurrente y divertido cómo cuando celebró su victoria en el Abierto de Estados Unidos el pasado septiembre, tirándose al suelo, como si lo hubieran matado, ante un Novak Djokovic al que había arrebatado, con una lección de tenis, la posibilidad de ganar el Grand Slam (los cuatro grandes en un año) y el 21 para el número 1 mundial.

De Djokovic se acordó también en el partido de cuartos ante Felix Auger-Aliassime cuando estaba dos sets abajo. "Me pregunté qué haría 'Nole', en esa situación. Y me dije: ‘voy a hacer que trabaje’", bromeó tras levantar un 'match ball' y ganar el partido. "No estoy cansado" firmó en el objetivo de la cámara de televisión, desafiante.

O bromear tras vencer a Tsitsipas de lo que le espera el domingo. "Seguramente en el US Open fue Nadal el que me apoyó para que Djokovic no llegara a su 21° Grand Slam y ahora será 'Nole' el que lo hará para que Rafa no gane el 21".

Si Medvedev gana el título le arrebatará el número 1 mundial, algo que ni podía soñar cuando, a los nueve años, se apuntó a clases de tenis viendo un anuncio en la piscina en la que sus padres, Sergey y Olga, lo llevaban a natación.

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