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Minuto 91

Minuto 91 | Los insufribles horarios de Tebas, peor imposible

Al Mallorca le esperan un montón de partidos en el tiempo del almuerzo o justo después de comer en una medida sin respeto a los aficionados ni los profesionales

Los jugadores del Mallorca se despiden de la afición tras el empate ante el Villarreal. | MANU MIELNIEZUK

Hay que confiar en que algún día se sepan los criterios que LaLiga de Javier Tebas utiliza para repartir los horarios de las jornadas. Por ejemplo, los de la quinta. Para no irnos demasiado lejos, el Mallorca parece condenado esta temporada, por el hecho de contar en sus filas con Take Kubo y Kang In Lee, a disputar muchos de sus partidos a la intempestiva hora de las dos de la tarde, que por estos lares suele uno a esa hora comer o encontrarse en pleno aperitivo. Mallorquinistas, váyanse acostumbrando. El próximo domingo, de nuevo a las dos de la tarde con la visita de Osasuna, y el sábado 2 de octubre, a las 16.15 ante el Levante. Todo pensado con el negocio como único objetivo y sin el más mínimo respeto por los profesionales y afición. Da igual el calor, mucho ayer en Son Moix, ni el tiempo de descanso entre uno y otro partido. Que se lo digan si no a la Real Sociedad, que acabó pasadas las once de la noche del pasado jueves su duelo de Liga Europa en Eindhoven, y por capricho de Tebas tuvo que jugar ayer ante el Sevilla cuando podría haberlo hecho hoy. Pero LaLiga ha optado por el apasionante Barcelona-Granada, con el agravante de que el equipo de Koeman no solo jugó el martes, hace seis días, sino que la última jornada descansó por el aplazamiento de su partido ante el Sevilla. Un sin sentido y una locura que dan ganas de enviar al presidente de LaLiga y su equipo a freir espárragos.

Una reventa indigna. Es verdad que cada uno, con lo que es suyo, hace lo que quiere. Pero no deja de ser muy triste que un abonado del Mallorca que ayer no pudo, porque no le tocaba, asistir al partido ante el Villarreal, tuviera que soportar cómo, uno que sí disponía de entrada, decidiera hacer negocio en la reventa. Esta situación se cortaría de raíz si se permitiera una entrada masiva de aficionados a los estadios como resultado del notable descenso en la incidencia del coronavirus. Ver hasta reventar los estadios de Inglaterra o Alemania, cuya situación no es mejor que la española, da envidia. Precaución toda, pero sin caer en la exageración, por favor.

Demasiados lesionados. Con solo cinco jornadas disputadas no parece normal que el Mallorca presente una lista tan larga de lesionados. El último en caer, veremos hasta cuándo, ha sido Maffeo, que se tuvo que retirar ayer ante el Villarreal, y se une a los Raíllo, Russo, Sedlar, Galarreta y Ángel Rodríguez. Y antes Sastre, Amath y Antonio Sánchez. Demasiados contratiempos cuando esto no ha hecho más que empezar.

Triste espectáculo en el Palau. Pocas veces se ven malos modos en un partido de voleibol. Será por aquello de que hay una red por en medio y separa a los equipos. Pero esta normalidad se rompió ayer en el Ciutat de Palma entre el Feníe Energía Mallorca y el ConectaBalear Manacor. Con 8-8 en el primer set, una discusión por una invasión de campo del Manacor acabó en tangana, con empujones y malos modos en el que también participararon los cuerpos técnicos de ambos equipos. Todo esto en un amistoso. Qué no pasará en partido oficial.

Marcus Cooper de oro. El palista del Nàutic de Porto Petro se colgó ayer el oro en el K2 500 del Mundial. Otra gesta, y van, de un mallorquín excepcional.

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