«Llegó un momento en el que necesitaba coger aire». Romain Bardet, 30 años, la gran figura francesa del ciclismo hasta que explotó Julian Alaphilippe y con permiso de Thibaut Pinot, era el corredor con cara de niño que podía ganar el Tour. Pero un día dijo basta. Basta de comerse el coco pensando por qué no había podido ganar a Alejandro Valverde en el Mundial de 2018. «Ahora vivo un año muy bonito». Las dos frases de Bardet, pronunciadas en la cima del Pico Villuercas, donde ganó en solitario, constatan la felicidad de un ciclista que se fue de un equipo francés y emigró a un alemán, cobrando menos sueldo, pero quitándose de encima la responsabilidad de pelear año sí y año también por el Tour. Basta.

Era el jefe de filas del AG2R y se marchó al DSM, el equipo alemán que antes se llamaba Sunweb. Y puso una condición. Correría dos grandes e intentaría pelear por victorias de etapas. Y esas dos grandes tenían que ser el Giro y la Vuelta. Por esta razón, el DSM acudió al Tour sin sus mejores corredores y afrontó un papel muy secundario; a la caza de fugas, sin el premio de la victoria que ayer se anotó Bardet.

Ganó su última etapa en una carrera de tres semanas, por supuesto en el Tour, en 2017. Fue la última vez que subió al podio de París tras hacerlo el año anterior. Lo logró por solo un segundo ante un atónito Mikel Landa, ahora desaparecido en el combate de la Vuelta pero con el ‘landismo’, la religión ciclista que se crea a su alrededor, convencida de que resucitará en Asturias. A Landa, a diferencia de Bardet, la presión deportiva no parece que sea un arma de doble filo.

Por si fuera poco, el corredor francés se colocó líder de la montaña, posición que defenderá, un aliciente para seguir activo en la Vuelta, sabedor que perdido en la general a 38 minutos del sorprendente líder Odd Christian Eiking, nadie saltará a su rueda como cuando se movía tratando de sorprender a Chris Froome en el Tour.

Como nadie saltó tras Superman López, el único favorito que se movió en el Pico Villuercas. Primoz Roglic y Enric Mas solo se vigilaron y permitieron otro día de gloria a Eiking con el jersey rojo, que sigue soñando con pasear el maillot por las entrañas de la geografía española hasta que los dos «grandes» le digan basta.

Challenge junior Sergi Llull se impone ne la vuelta a Murcia

Sergi Llull (Cartagena) se impuso ayer en Las Torres de Cotillas en la segunda prueba de la IV Challenge Junior Vuelta a las Comarcas Región de Murcia. El vencedor llegó en solitario a meta tras pedalear 50 kilómetros en fuga. Hizo un tiempo de dos horas, 34 minutos y un segundo. A 31 segundos llegó el grueso del pelotón de la carrera.

Challenge Junior Sergi Llull se impone en la Vuelta a Murcia | CARTAGENA