El piragüista mallorquín Marcus Cooper Walz, medallista de plata en la prueba de K4 500 en los Juegos Olímpicos de Tokio junto a Saúl Craviotto, Carlos Arévalo y Rodrigo Germade, fue recibido con aplausos por sus familiares, el director general de Deportes del Govern Balear, Carles Gonyalons, y amigos este lunes a su llegada al aeropuerto de Palma.

"Enhorabuena campeón", señalaba una pancarta que sostenían los niños del Club de Piragüismo de Porto Petro (Mallorca) al que pertenece Cooper, feliz por el recibimiento que no esperaba, según explicó su madre, Fiona.

Marcus Cooper, junto a los alumnos del Club de Piragüismo de Porto Petro. Maties Adrover

A las felicitaciones por la medalla de plata olímpica, segunda que celebra Cooper tras el oro conquistado en la prueba de K1 1000 metros en Río de Janeiro 2016, se sumaron los pasajeros con los que coincidió en la Terminal del aeropuerto.

El piragüista balear ganó una de las tres medallas conseguidas por deportistas de las islas, tras las que se colgaron los futbolistas de la selección española Marco Asensio y Rafa Mir (plata), y el regatista Joan Cardona (bronce).

"Es una barbaridad. Ya sé que el oro es mejor que la plata, pero... Estamos los cuatro muy contentos, en realidad, aunque unos lo muestren más que otro. Una medalla, sea la de plata o del color que sea, es un exitazo", declaró Cooper en Tokio al ganar su segunda presea olímpica.

El recibimiento que esperaba a Cooper en el aeropuerto de Palma. Maties Adrover