El mallorquín Enric Mas (Movistar) disfrutó en Tignes con tranquilidad y esperanzas de podio la primera jornada de descanso del Tour de Francia. En las montañas alpinas, el ciclista admitió la superioridad del esloveno Tadej Pogacar, quien a pesar de sus exhibiciones no ha logrado comerle la moral al deportista de Artà.

"Este Tour está siendo una de las carreras más duras que recuerdo, ha habido caídas, mucha tensión, lluvia, frío, viento... una semana completa. Los dos primeros días fueron accidentados, luego tuvimos una etapa de 250 kms. De momento las sensaciones son buenas. Ayer, a pesar de la caída, pude salvar el día", comentó desde el hotel del equipo en los Alpes.

Mas, que se encuentra sexto en la general a 5.47 de Pogacar y a tan solo 29 segundos del tercer puesto que ocupa el colombiano Rigoberto Urán, es consciente de que la cima del podio está muy alejada, pero restan dos semanas de competición, y esto es el Tour. "El maillot amarillo está muy alejado, ahora hay que luchar por el podio, pero también es cierto que llevamos 9 etapas y queda mucho, el tiempo cambiará, llegarán días de calor y pueden cambiar las cosas. Tenemos que jugar nuestras bazas".

La superioridad de Pogacar no es un factor que haya minado la moral del ciclista mallorquín, por mucho que admita que el esloveno es el gran jefe del Tour hasta el momento. "A mí no me tiene comida la moral, sé dónde estoy y creo que cualquiera puede tener un mal día y perder una minutada. Es el Tour, una carrera de 3 semanas y puede pasar de todo".

Mas explicó el "fallo" cometido por el grupo del podio en la subida a Tignes, cuando no fueron capaces de responder al cambio de ritmo de Pogacar a 4 kilómetros de meta, lo que les costó una factura de 30 segundos. "En Tignes no es que lanzara Pogacar un fuerte ataque, pero cambió de ritmo y se fue sin respuesta del resto de corredores que íbamos con él, los que pensamos en el podio. Fue un fallo de todos dejarle ir porque si nos mete mas tiempo ya es impensable alcanzarle. Tuvimos miedo a que nos hiciera lo que nos hizo el día anterior".

También explicó Mas la caída que sufrió el pasado domingo en el kilómetro 30 de etapa. No sufrió lesión alguna, pero pudo haber tenido un resultado muy diferente. "Íbamos rápido y al coronar el primer puerto, Rubén Fernández se puso el chusbasquero sin manos y yo no quería ir a su rueda. Cuando lo pasé, en una curva pisé la línea blanca y se me fue la rueda delantera, iba a 50 por hora y no me hice nada. Tuve mucha suerte".

Tras el percance, Mas contó con la colaboración de Alejandro Valverde, quien le prestó su bicicleta. Al final, también fue importante la colaboración del ciclista murciano. "Fue muy importante su presencia y ayuda. Me prestó su bici, lo que fue fundamental para poder seguir al grupo. Después en Tignes se paró, pero le animaron por el auricular para ayudarme a mí y de nuevo me echó una mano. Junto con el resto del equipo es importante para intentar estar en el podio".

Con vistas a la segunda semana de carrera, Mas analizó la jornada del próximo martes con el doble paso por el Mont Ventoux. "Será una etapa importante, sin duda. En la primera ascensión algún equipo hará una labor de desgaste, y en la segunda habrá una eliminación. Es un puerto duro desde abajo, seguro que habrá diferencias".