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Dos contagios perjudican más que 50 vacunas

Los positivos por covid de Busquets y Diego Llorente han dañado más la imagen de España que la polémica por los privilegios de que gozan los futbolistas de elite

Un joven aficionado desea una pronta recuperación a Eriksen, antes del Inglaterra-Croacia de ayer. EFE / EPA

Como casi siempre, la culpa es del Gobierno. En este caso, realmente lo es. Rompió el protocolo de vacunación para la población cuando, obligado por las circunstancias -los positivos de Busquets y Diego Llorente- decidió inocular a la selección española de fútbol, que hoy debuta en la Eurocopa. Tarde y posiblemente mal, al contrario de lo que ha ocurrido con los olímpicos que participarán en los Juegos de Tokio, muchos de ellos ya vacunados y con los que no ha habido tanta polémica. La decisión debería haber llegado antes. Más de cincuenta personas van a estar concentradas aproximadamente un mes, con el riesgo que eso supone, y el coste, en imagen, habría sido menor que el que se ha dado con los casos de los futbolistas del Barcelona y Leeds United. Como muy bien escribe el imprescindible Jorge Valdano en su último artículo: «Muy mal hay que pensar para creer que cincuenta vacunas a la selección pueden dañar más la imagen que dos contagios publicados en todo el mundo. Qué raros son los políticos».

Eriksen, un susto morrocotudo. «Christian estuvo muerto un momento, tuvimos que empezar con un RCP y una conmoción porque se había ido». Son palabras de Morten Boesen, médico de la selección danesa que atendió a Eriksen, que se desplomó sobre el césped en pleno partido de la Eurocopa ante Finlandia. A partir de ese momento lo que llegaron fueron imágenes sobrecogedoras, con aficionados de una y otra selección llorando, temiéndose lo peor para el jugador del Inter de Milán. Afortunadamente todo quedó en un susto, morrocotudo, es verdad, pero lo importante es que el futbolista lo puede contar. Una vez más se ha demostrado la importancia de los desfibriladores en los campos de fútbol para situaciones de urgencia, que desgraciadamente, son más habituales de las deseadas.

Djokovic tiene más vidas que un gato. El número uno del tenis mundial conquistó ayer su segundo Roland Garros, el decimonoveno grande de su carrera y se coloca a un solo título de Nadal y Federer. Teniendo en cuenta que parte como el principal favorito en el próximo torneo de Wimbledon, a muy pocos les extrañará que les iguale durante el mes de julio. Djokovic, como ante el italiano Musetti, parecía tener el partido perdido con dos sets abajo. Pero si hay un tenista en el circuito al que no hay que dar por muerto antes de hora, además de Nadal, es el balcánico, intratable a sus 34 años ante un Tsitsipas, de 22, que se las prometía muy felices con su clara ventaja. Djokovic lo tiene todo para batir todos los récords habidos y por haber. Ayer se convirtió en el primer tenista en la Era Open (1968) en ganar un mínimo de dos veces los cuatro torneos de Grand Slam, y está a su alcance conquistar el super Grand Slam, Australia, Roland Garros, Wimbledon y US Open en un mismo año.

Grave paso atrás del Mallorca B. Pésima noticia para el Mallorca, que ha visto este fin de semana cómo su equipo nodriza no ha logrado el ascenso a la Segunda RFEF. Esto significa que la próxima temporada jugará en una Tercera que es lo más parecido a la Preferente de esta temporada, la quinta categoría del fútbol español. Pensar en que suba alguien de la cantera al primer equipo es pura utopía.

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