El fútbol mallorquín y balear está de luto al perder a uno de sus históricos componentes, Pep Calvo. El fundador y presidente, además de entrenador, del Club Deportivo Relojería Calvo falleció ayer a los 94 años de edad. 

Durante décadas su nombre estuvo siempre asociado al barrio de La Soledat de Palma, ya que sus equipos jugaban en Son Malferit, actualmente terreno de juego de la Federació de Futbol de les Illes Balears (FFIB). 

Pep Calvo siempre estuvo vinculado al fútbol. Sobre los años 40 fue jugador del Acero, donde conoció a uno de sus mejores amigos, Jaume Alomar, que al final fue su cuñado ya que se casó con su hermana, Catalina. Calvo era muy querido en la populosa barriada y al finalizar su etapa de futbolista hizo el curso de entrenador, logrando el título. Ejerció de técnico en La Soledad.

Un clásico del fútbol mallorquín durante décadas, un once del Relojería Calvo en Son Malferit Diario de Mallorca

En los 70 se fundó el Relojería Calvo, que lleva los mismos colores que el La Soledad, blaugrana. El club lleva el nombre de la tienda propiedad familiar que está en la calle Manacor. Poco a poco gana protagonismo y Pep Calvo se erige como uno de los directivos más conocidos del balompié balear. Consigue, no sin esfuerzo, completar plantillas en todas las categorías e incluso logra más de un campeonato de Balears. Uno de los equipos más recordados de aquella época fue el juvenil de 1974 en el que estaban entre otros, Cardell, Rosselló, Toni Calvo, Bover, Mulet, Ferrà y Coll. El entrenador era Pep Calvo.

Por sus diferentes equipos pasaron multitud de jóvenes, tanto de La Soledat como de los barrios colindantes, que después jugaron en las categorías regionales o en la Tercera balear.

Con el paso de los años en más de una ocasión hubo que solventar discrepancias y repartir espacios y tiempo para los entrenamientos entre sus equipos, todos de base, y los del CD Soledad, club que también tenía como sede el campo municipal (hasta hace unos años) de Son Malferit.

Hacía casi dos décadas que Calvo estaba alejado del fútbol regional, pero su figura fue imprescindible para comprender buena parte del fútbol mallorquín, en general, y del palmesano, en particular.

Como curiosidad, hasta hace solo unos pocos años todavía existía el bar en el que el club tuvo su sede social, en la Calle Fe de La Soledat, durante años.

También suministró durante décadas los trofeos para los campeones que entregaba la Balear al final de cada temporada. Fue directivo de esta territorial y persona de confianza del expresidente de la Federación Toni Borrás del Barrio, también ya desaparecido.

Fueron muchas las muestras de condolencia que recibió ayer la familia del fallecido. La FFIB quiso «trasladar sus condolencias a la familia y amigos de Pep Calvo, que nos acaba de dejar. Histórico y referencia del fútbol palmesano, Calvo fue el fundador de un mítico club. Con personalidad y carisma lo presidió y lo entrenó, una entidad popular y emblemática en Palma», añadió.

«Don José Calvo fue un buen jugador y un pionero como entrenador, siempre con ideas adelantadas. Descansa en paz, amigo», dijo afectado Manolo López Lacal, directivo de la Balear y amigo de Calvo.