“Sé que los JJOO son algo muy grande, pero voy a entrenar a tope. Soñar es gratis”, asegura Álex Graneri, de 18 años, desde la concentración del equipo nacional de piragüismo en el embalse de Trasona (Asturias). Su temporada 2021, en la que se ha clasificado para los campeonatos europeo y mundial tras ser campeón nacional juvenil en las distancias K1 500, 1.000 y 5.000, y en K4 500, avala el sueño olímpico del mallorquín formado en la cantera del Real Club Náutico de Palma (RCNP).

Álex descubrió sus dotes para el piragüismo en la escuela de verano del club palmesano cuando tenía 10 años y, desde entonces, no se ha separado de la pala. Como muchos de sus compañeros llegó a este deporte por casualidad y una recomendación. “Mi madre no tenía con quién dejarnos aquel verano y una amiga le dijo que la escuela del RCNP estaba muy bien, así que nos apuntó durante dos semanas. Así empezó todo”.

El descubridor de Álex y de su hermana Cristina, también referente del equipo de palistas del RCNP, fue el entrenador Ismael Uali, responsable de los equipos de base y del equipo nacional de paracanoe (piragua adaptada), artífice de la clasificación de Adrián Castaño para los Paralímpicos de Tokio. “Uali vio que ambos teníamos facultades y nos ‘captó’ para el equipo de competición”, recuerda del episodio que a la postre ha marcado su vida.

La trayectoria de Álex Graneri desde la escuela de verano hasta la concentración del equipo nacional ha estado jalonada de éxitos. No hay un solo año en el que no haya subido a recoger su diploma en la gala del deporte del club. Al ser preguntado por su palmarés, pide tiempo para hacer memoria: “He sido campeón de España varias veces y en diferentes distancias: en K1 3.000 y 1.000 metros; también en K2 mixto y ahora en K1 5.000. Hace dos años fui subcampeón de 1.000 metros”. Tanta medalla no se le ha subido a la cabeza. Son triunfos importantes, qué duda cabe, pero sus retos son ambiciosos: subir a un podio internacional y, quién sabe, representar a España en unos JJOO. Para ello sabe que solo hay una receta: “Trabajo, trabajo y más trabajo”. Y a saber que se la aplica a rajatabla.

La rutina en Trasona es “bastante dura”, reconoce al teléfono. Los martes y miércoles toca levantarse a las seis de la mañana para entrenar antes de ir al Instituto, donde estudia primero de Bachiller. El resto de días puede dormir una hora más, pero apenas queda tiempo libre: clases, entrenamiento, estudiar, dormir, clases, gimnasio, remar, clases, dormir… Y así en una especie de bucle eterno. Algún día, confiesa, le da “el bajón”.

Para superar esos momentos cuenta con la ayuda de Miquel Salom, el psicólogo del RCNP que acompaña a los deportistas en sus momentos difíciles. Álex, sin embargo, se siente una persona afortunada por hacer aquello que le apasiona. No todo el mundo tienes esa suerte. “Me gusta el piragüismo y es un privilegio llevar aquí dos años, entrenando con la élite de este deporte”.

Sabe que el gran salto está a la vuelta de le esquina: pronto le tocará medirse con los mejores de la categoría Sub 23 y las cosas se pondrán de verdad serias. Para eso se prepara desde que Uali descubrió su talento cuando sólo llevaba 15 días remando. Bendito el día en que la madre de Álex y Cristina no tuvo dónde dejarlos y eligió el RCNP. Entonces empezó una historia cuyo final aún no se ha escrito.