La cuarta edición de la Pujada Aigües Blanques trajo este domingo de nuevo a la isla de Eivissa el rugir de los motores y el regreso de una más que esperada carrera automovilística, tras ser cancelada el pasado año a causa de la pandemia, en la que se disputó una prueba del campeonato Balear de montaña para las modalidades de subida de montaña, tramo cronometrado y drifting, con la participación de un total de 32 pilotos y celebrada a tres mangas. En la competición de subida de montaña se alzó como vencedor el mallorquín Jaime Carbonell, piloto de la Escudería Mallorca Competició, quien a los mandos de su Norma M20-F se hizo con el triunfo con un tiempo total de 04:06.897 minutos en la clasificación final. En la modalidad de tramo cronometrado se impuso el tándem formado por Jordi Romero Prats y José Martorell Robles, del MCSRP, pilotando un Seat León, con un gran registro de 04:37.423. En drifting la victoria se la adjudicó Sergi Sastre Salom, de la Escudería Mitja Illa.