Restaban 30 segundos y el cuerpo técnico local sentaba a Pol Figueras y a Sean McDonnell para que los espectadores de Son Moix les ovacionaran después de haber consumado un partido sobresaliente. En esta temporada gestos como este no han sido habituales, porque el resultado final en la inmensa mayoría de los encuentros se ha decidido en las últimas posesiones. 

A mediados del último período el partido estaba resuelto y la única incógnita residía en adivinar la diferencia. Por ello, cuando faltaban 3 minutos y el marcador señalaba un +14 para los de Ciutat, Tomàs y Pérez pidieron tiempo muerto para que sus pupilos siguieran jugando con cabeza, pensando en el partido de la segunda vuelta en el que el ‘average’ puede resultar determinante.

La victoria de ayer permite al Palmer, que por segunda semana consecutiva no pudo contar con el lesionado Jacobo Díaz, mantener plaza de play-off y abre una brecha casi definitiva con el equipo que le persigue, el Valladolid, quedando a dos victorias de los mallorquines, cuando solo restan cinco jornadas para terminar la liga regular.

El partido no podía comenzar de mejor manera para los inmobiliarios, con un robo de balón y un triple de Diego Rivas. En el primer cuarto el conjunto local imprimió un ritmo endiablado, eléctrico, atractivo para el espectador. Los visitantes no se quedaban atrás y aprovechaban el acierto de Kavas, Mason y De la Fuente para llevar ligeramente la iniciativa en el electrónico. Llegaron a conseguir una ventaja de 8 puntos (19-27), que fue reduciéndose gracias a la aportación de McDonnell y de Figueras, que sobre la bocina conseguía un triple que dejaba el marcador en un 26-28.

Partido espléndido del Palmer Palma con un McDonnell y un Figueras brillantes y bien secundados

En el segundo tramo el Palma mejoró. A pesar del acierto desde la línea de tres de los pucelanos (6/12), los mallorquines ajustaron mejor algunos detalles defensivos y no permitieron que los visitantes anotaran con tanta facilidad. Seguían marcando el ritmo de partido; Figueras generaba mucho a partir del bloc directo; para ganar consistencia en la pintura jugaron muchos minutos con dos interiores a la vez (Raffington y Jawara) y apareció el talento anotador de Harrell, autor de 9 puntos en este cuarto. Los vallisoletanos faltando 3 minutos lograron una renta de +8, que se vio empapada por una reacción local que culminó con un nuevo triple de Figueras sobre la bocina (49-48).

Después del descanso el partido cambió. Palma siguió con su ritmo, apretó en defensa y Valladolid fue perdiendo fuelle hasta verse superado claramente por los de negro. McDonnell anotaba la primera canasta de este cuarto y pasados 5 minutos ya había logrado una ventaja de 7 puntos, 63-56. El americano se convertía en el mejor, tanto en defensa como en ataque. Y el período acabó, no podía ser de otra manera, con un nuevo triple de Kullamäe, que había vuelto a la cancha para jugar la última posesión, cuando el electrónico indicaba el final (74-65).

Y en el último acto prosiguió el vendaval defensivo y ofensivo de los isleños. Los castellanos, impotentes, veían cómo la diferencia aumentaba con el paso de los minutos, llegándose a +19 a pocos segundos del final. El Palmer Palma se gustaba y gustaba, se divertía y divertía y se adornaba con jugadas espectaculares que el público agradeció: triples imposibles, mates, robos de balón… Partido espléndido del Palmer Palma con un McDonnell (23 puntos, 10 rebotes y 33 de valoración) y un Figueras (18 puntos, 10 asistencias y 32 de valoración) brillantes, bien secundados por Harrell, Kullamäe y Raffington.