Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El año más difícil del deporte mallorquín

Este domingo se cumple un año desde que entrase en vigor el estado de alarma, situación nunca antes vivida y que obligó a frenar en seco a todos

Cintia Rodríguez tiró de ingenio en el confinamiento.

Nadie estaba preparado para lo que se venía encima en febrero de 2020. Las noticias sobre el coronavirus, una pandemia desconocida por entonces, sobrevolaban cada vez más y más cerca sobre España. Los hospitales comenzaban a colapsarse con cifras desorbitantes y todos los sectores de la sociedad comenzaban a sentir el temor de lo que se avecinaba. El deporte mallorquín no fue ni mucho menos ajeno a ello. Competiciones que comenzaban a aplazarse sine die, equipos que dejaban de operar, deportistas repletos de incertidumbre por su futuro… Cuando el presidente del Gobierno Pedro Sánchez comunicó el 13 de marzo que al día siguiente se iba a declarar el estado de alarma, todo se vino abajo.

Este domingo se cumple un año de aquel momento, 365 días en los que el deporte de la isla ha sufrido lo indecible para poder seguir adelante. Una época que difícilmente se podrá olvidar y en la que todo se quedó en silencio, especialmente los dos primeros meses. Los estadios se vaciaron, los pabellones dejaron de rugir, las piscinas dejaron de chapotear, las carreteras dejaron de rodar… Una pesadilla que ahora empieza a vislumbrar su final. Ahora, tras haber superado la peor parte, deportistas y entrenadores de la isla consultados por este diario comparten recuerdos, sentimientos y emociones vividas durante estos doce meses.

Joan Lluís Pons

Joanllu Pons, nadador

«Fue muy duro. No tanto el parón, sino el aplazamiento de los Juegos. Estaba entrenando muy bien y tener que encerrarte en casa da rabia, pero era lo que tocaba. Lo peor es que para los Juegos planificas toda tu vida alrededor de estos cuatro años. Me había preclasificado.

«Fuera del agua solo hacíamos mantenimiento y los horarios. Estuve dos meses y medio sin poder meterme en una piscina. En natación ahora los que salen más perjudicados son los que no tienen tanto nivel. Han reducido aforos en las competiciones y cuanto recortan de la lista empiezan por abajo. Los calentamientos se han reducido mucho. Normalmente teníamos una hora para nadar y ahora solo tienes 20 minutos antes de competir. He salido más fuerte, con ganas de sacar hacia adelante la preparación para los Juegos».

El año más difícil del deporte mallorquín |

Graciela Sánchez, lucha libre

«He aprendido a afrontar los problemas para que nunca me hagan venirme abajo. Si hay un reto que afrontar, incluso me crezco. A mí me ha ayudado mucho el hecho de ser enfermera porque al fin y al cabo tenía el tiempo siempre ocupado. Me centré en mi trabajo. Eso no quiere decir que dejara de lado el deporte, de hecho, soy una persona que necesita siempre estar activa y lo que hice fue adquirir una especie de rutina. Recuerdo que pensaba mucho lo importante que había sido frenar algo para que la mente descansara. También me dio tiempo para valorar mejor a mi familia. Yo estaba sola en casa con mi perra, y recuerdo que pensaba mucho en la familia. Pude dedicarme tiempo a mí misma. A veces da la sensación de que estamos esclavizados a las rutinas que nos impone la sociedad».

«La competición ha cambiado en cuanto a frecuencia. El año pasado no hicimos ninguna. Ahora este año, que es olímpico, ya llevo dos salidas y el mes que viene haré una tercera. Cada vez que tengo la oportunidad de salir, lo aprovecho al máximo y me dejo la piel y pienso que es un regalo que tengo que vivir y me siento muy afortunada. La preparación de los Juegos está un poco en el alambre. Nosotros solemos trabajar por ciclos o periodos con un objetivo en la mente, pero cuando no existe este objetivo, es más difícil programar un entrenamiento. Vamos a entrenar a tope las semanas que nos quedan para intentar clasificar. Estoy muy contenta y viviendo el presente».

Ricardo Perini, jugador del Urbia U Energia Palma

«Fue muy difícil. Además era un año en el que habíamos jugado la Copa en casa y no nos había salido muy bien. El 14 de marzo se paró todo y ahí ya sabíamos que la temporada no iba a volver. Fue un shock muy grande. Después de la rutina normal, estar 24 horas en casa todo el día sin hacer nada fue muy difícil. Cuidabas de tu alimentación con dos horas diarias de actividad física. El club nos pasó unas series de ejercicios, cada uno tenía sus manías y al final hemos sobrevivido».

«Las personas con esta situación se han conocido a sí mismo un poco mejor. A buscar soluciones para afrontar cada día, para no entrar en depresión. Cada uno ha buscado la manera de estar con el cuerpo y la mente sana. De viaje en el aeropuerto es imposible olvidarte de lo que está pasando. Si tienes amigos en el otro equipo antes estabas con ellos antes del partido y ahora no tenemos contacto. Los pabellones sin público… Nos hacen mucha falta. Estamos aislados. Y en nuestra vida personal tenemos cuidado de a ver con quien estamos, porque si un jugador coge la covid, compañeros del equipo pueden cogerlo. Esto cambió todo. Los deportistas tenemos que dar ejemplo».

Mavi García.

Mavi García, ciclista del Movistar Team

«En un principio fue algo duro porque la cabeza no está preparada para algo que no esperas. Me he quitado otras cosas en la vida que no me llenaban y a nivel deportivo me siento más centrada que nunca. Aprendí a valorar cosas que no veía antes. Aprendí un poco a estar tranquila, a descansar, nunca estaba en casa quieta. Si no tenía nada que hacer, siempre me lo buscaba, entonces ahora he aprendido a tener tiempo para mí».

«Ha variado un poco la parte externa de la competición: los viajes, las burbujas que se han creado, que no puedes relacionarte tanto con el resto de equipos. Al final es todo un poco extraño y raro, pero en realidad cuando estamos corriendo con la bici, para nosotras es exactamente igual, con el hándicap de que no hay público y de que no hay nadie que te anime. Eso hace que también sea un poco diferente, un poco más amargo. El año anterior tenía ilusión por preparar el tema de los Juegos y ese fue un poco el mayor chasco de la temporada, que finalmente no se celebraran. Yo siempre he seguido intentando sacar lo mejor de mí misma y ya veremos qué pasa, haya o no Juegos».

Valjent.

Martin Valjent, futbolista del Real Mallorca

«El parón lo pasé solo hasta la última semana en la que pude vivir con Dani Rodríguez y su familia, fue fantástico. Entrenábamos en casa siendo conscientes de que la Liga iba a volver, así que nos mantuvimos en forma y no nos afectó mucho. Lo mejor es que esa época ya ha pasado y espero que no vuelva nunca más».

«Hay que dar mucho ánimo a toda la gente que ha sufrido el virus. Y agradecerle mucho a los médicos y enfermeros que cada día dedican su tiempo para ayudar a los demás. Es de quitarse el sombrero con esta gente. Cuando pierdes algo después lo valoras mucho más y eso es lo que hago, valorar cada detalle y disfrutar de todo lo que tengo. No tener el apoyo de los aficionados en tu propio estadio es algo que echamos mucho de menos. No vemos el día en que puedan volver a entrar y estén con nosotros».

Marcus Cooper.

Marcus Cooper, piragüista

«El confinamiento lo llevé muy bien. Con mucho optimismo y aceptando su necesidad. En cambio físicamente fue un desastre ya que perdí mucho rendimiento. Mi deporte es difícil de llevar entre cuatro paredes. Me preocupaba un poco el hecho de que el Gobierno no supiera distinguir entre deporte de ocio y deporte de alto nivel, ya que mis ingresos dependen de mi rendimiento deportivo».

«El hecho de haberse atrasado la cita olímpica un año me ha dado tiempo para madurar más deportivamente, pero creo que es mejor intentar olvidar el 2020 logrando éxitos en 2021. En mi grupo de entrenamiento vivimos bastante aislados de la sociedad. Sólo nos movemos entre nosotros mismos y nuestros familiares directos. Nos hacemos test de covid a menudo. Somos conscientes del mal que nos puede hacer el hecho de contagiarse por el virus en pleno año olímpico».

Brigitte Yagüe, extaekwondista

«Tuvimos que organizarnos con clases online para que los alumnos tuviesen continuidad y no parasen de forma brusca porque los deportistas de nuestro centro participan en campeonatos importantes y no sabíamos cuánto se iba a alargar todo esto. Ellos siempre se marcan objetivos muy cercanos y la forma de entrenar, sin tener una motivación fijada, se complica. Al final han conseguido llevarlo bastante bien, pero sí que es verdad que ha sido una situación bastante complicada para ellos».

«Los primeros meses fueron terribles. Fue bastante complicado organizar los entrenamientos, aunque sí que es verdad que ellos necesitaban tener contacto y hacer combates. Cuando volvamos a la normalidad, la motivación de ellos va a ser mucho mejor y las ganas de entrenar y de competir van a ser muy grandes. Van a valorar cada entrenamiento que hagan con contacto, cada campeonato al que asistan y creo que todo eso va a repercutir de forma positiva porque a veces iban a los campeonatos y podía parecer que no estuvieran motivados o no los tenían tan en cuenta como los tienen ahora».

Cintia Rodríguez

Cintia Rodríguez, gimnasta del Club Xelska

«Aproveché el parón del estado de alarma para operarme la rodilla. Así que en realidad me vino bien. Psicológicamente fue mucho más duro porque tenía ganas de competir y descansar un poco después. Estando en casa supe gestionarlo porque en todo momento tuve una planificación de entrenamientos. Me conectaba vía Zoom mañana y tarde. Cada día tenía una rutina de estudio, entrenamiento, cocinar… Estuve a gusto en casa. No lo recuerdo como algo negativo. Simplemente fue adaptarse a esa etapa y se superó, aunque era imposible entrenar. No tenía ni espacio ni material. Mira si era complicado que entrenando le di una patada al sofá y agravó un poco más mi lesión de rodilla. Ahora toca planificar a corto plazo, con objetivos diarios, porque no hay nada previsto antes de los Juegos».

Pol Figueras, jugador del Palmer Alma Mediterránea Palma

«Psicológicamente fue difícil porque llevaba una temporada regular. Eso hizo que no tuviera muchas ofertas. La del Palma no me llegó hasta principios de octubre. Al principio los primeros meses estaba tranquilo, porque el mercado se empieza a mover en junio. Físicamente sí que se notó mucho más por el hecho de no poder estar en la pista. No es lo mismo hacer abdominales, flexiones y correr por el parking que ponerte a jugar un partido».

«Toda esta situación nos ha ayudado, y a toda la sociedad en general, a relativizar los problemas del día a día. Es mucho más grave la gente que ha tenido que cerrar sus negocios y que se ha visto sin ingresos».

«Los equipos que han tenido casos de covid luego lo han notado. Nosotros tuvimos un caso, tuvimos que estar 10 días confinados y el primer partido después de la vuelta nos metieron un baño».

Lluís Mas.

Lluís Mas, ciclista del Movistar

«Esos tres meses pude disfrutar de la familia y me vinieron bien. Entre los entrenos y estar un rato por el jardín jugando, se me pasaba rápido el día. Vivimos con la incerteza de no saber el tiempo que duraría el confinamiento. Se pasa mal porque no sabes con exactitud hacia dónde íbamos o si volveríamos a competir ese año. A medida que fue pasando el tiempo y vimos que poco a poco las competiciones se reactivaban ya nos pudimos tranquilizar un poco.

«En estas primeras carreras he notado que se va mucho más rápido que en años anteriores. La falta de competición el año pasado ha hecho que todo el pelotón empezara con más ganas y mejor preparado y sin querer desaprovechar ninguna carrera»

Antonio Vadillo, entrenador del Palma Futsal

«Estoy convencido de que no era consciente de la gravedad de la situación, más allá de lo que se veía en otros países. Pasado el tiempo vimos que estamos viviendo una catástrofe a todos los niveles y que ha sido un gran palo que nos ha dado la vida. El covid nos está enseñando que antes no éramos conscientes de todas las cosas buenas que teníamos. Desde el simple hecho de estar con la familia o con los amigos. Es un ejemplo de que el ser humano, al tenerlo todo, no es consciente de lo que importa realmente. Antes nos preocupábamos por cuestiones poco importantes y ahora el orden prioritario ha cambiado. Hay que intentar vivir lo mejor que podemos porque en esta vida estamos de paso».

Pili Espadas, futbolista del Collerense

«El dejar de entrenar fue algo que psicológicamente me afectó más que físicamente. Los primeros meses para mí fueron muy malos. Estoy trabajando en un hospital y psicológicamente ver cómo evolucionaba la pandemia era muy frustrante. Quizás con todas las restricciones, el hecho de no poder hacer deporte, que es al final lo que te ayuda a limpiar la cabeza y desconectar, complicó mucho las cosas.

«En nuestro caso, al jugar el Reto Iberdrola, hemos sido de las pocas afortunadas en las que la competición se ha reanudado y ha habido una continuidad, tanto de entrenamientos como de partidos. Eso sí, a nivel de calendario al Collerense le tocó lo peor. Los grupos no están compensados y además la Federación ha dicho que los puntos de la primera fase, que para nosotras era muy complicada, son los que arrastraremos a la segunda. Me parece totalmente injusto lo que nos ha tocado vivir al Collerense. Seguiremos luchando, aunque sabemos que va a ser muy difícil evitar el descenso».

José Peris, futbolista del Atlético Baleares

«Nadie se esperaba el golpe del estado de alarma. Los dos primeros meses se hicieron duros porque nos pilló de sopetón a todos. Entrenar desde casa, ver a los compañeros por videollamada... Se hacía muy complicado salir de la rutina. Quieras o no pierdes la forma física y cuesta mucho recuperarla. Por otro lado, la competición ha cambiado demasiado. No nos está gustando mucho porque este año hemos caído por algún contagio… Mucho parón, no terminas de engancharte a la temporada. Es una temporada atípica por muchos aspectos»

Nico Mir

Nico Mir, gimnasta del Club Xelska

«Mi confinamiento fue diferente porque a la mitad me operé el hombro cuando salió la noticia de que se aplazaban los Juegos. Si quería competir en Tokio no hubiese aguantado otro año más con ese dolor que arrastraba desde hacía tanto tiempo. El parón nos llevó a tener una capacidad de adaptarnos a las cosas que antes no teníamos. Saber entrenar en condiciones que no habíamos vivido antes y ser más fuertes. Espero que no lo volvamos a vivir nunca más. Apenas se han hecho competiciones en este año. La más grande ha sido el campeonato de España. Ahora la Federación se está adaptando a la nueva normalidad. Hemos hecho controles vía Zoom y me parece una buena idea para paliar la falta de pruebas. Hay que agarrarse a lo que tenemos ahora».

Izan Guevara, en el circuit Mallorca.

Izan Guevara, piloto de Moto 3

«Conseguí seguir entrenando en casa con unas cuantas pesas que tenía por aquí y en lo que se refiere a la cabeza nos tuvimos que adaptar como le pasó a todo el mundo. A medida que fueron pasando los días poco a a poco se empezó a hacer más pesado porque se te acababan las ideas. No hacía mucha cosa, la verdad, jugaba a la Play y entrenaba».

«Para mucha gente este año no ha sido nada bueno, pero para mí ha sido justamente lo contrario, la verdad. Se ha podido organizar todo el tema del Mundial y como algo positivo, sin duda, me llevo el Campeonato del mundo junior, que era algo que no me esperaba para nada poder conseguir la pasada temporada. Para mí ha sido un año positivo. Hay muchas más restricciones. Antes teníamos público y ahora no, y eso a la hora de competir lo notamos bastante. La competición ha cambiado mucho a todos los niveles».

Compartir el artículo

stats