La abrumadora presencia masculina en el periodismo deportivo está siendo corregida lentamente por la irrupción de la mujer. Al unísono de una sociedad que empuja hacia el cambio, las redacciones de prensa, radio y televisión avanzan hacia la equidad con paso sosegado, pero firme. La evolución no siempre es fácil, sobre todo en un territorio que, hasta hace muy poco, estaba vetado a la mujer.
En sus 16 años de vida, la redacción de deportes de IB3 Televisió siempre se ha mostrado transgresora a los tiempos que le han tocado vivir. Desde sus inicios y hasta el día de hoy, la paridad entre hombres y mujeres siempre ha sido una realidad. A día de hoy, la redactora jefa del informativo es mujer. De entre los cuatro editores que conforman la redacción, una también es mujer. Y de los catorce periodistas que trabajan día tras día cubriendo la información deportiva del archipiélago, cinco de ellas son mujeres. Una relación insólita para estos tiempos que corren.
«Una de las preguntas que siempre me ha irritado que me hagan es si me gusta el fútbol. ¿Cómo no me va a gustar? El fútbol me apasiona. El periodismo deportivo parte de la vocación. Es una pregunta que nunca le harías a un periodista deportivo, entonces ¿por qué me la haces a mí?». Maria Mayans (Formentera, 1981) es pura pasión. Hace dos años tomó los mandos de la redacción de deportes de IB3 Televisió -Dalton Audiovisual- donde, reconoce, «siempre» se ha sentido arropada «por los compañeros».
«Recuerdo ser muy pequeña y estar siempre esperando en un quiosco a que llegara la prensa deportiva del día. Por aquellos tiempos, en Formentera, tenías que esperar casi hasta las 11 de la mañana para que llegaran los primeros diarios. Quizás fue mi hermano, que era un gran consumidor de deporte, quien me inculcó un poco esta vocación», evoca Mayans. «Me marché a Barcelona a estudiar la carrera y comencé a hacer mis pinitos en medios locales. Cuando acabé, fiché por PuntoRadio y empecé a hacer pie de campo en los partidos del Barça», recuerda nostálgica. «De eso hace ya más de 15 años, porque fue entonces cuando llegó la oportunidad de entrar a trabajar en IB3 y para acá que me vine», sentencia.
Los comienzos
Desde sus inicios, la televisión autonómica de las Illes Balears apostó firmemente por la mujer en el ámbito deportivo. De ello también tiene recuerdos una de las actuales editoras del informativo, Marga Pascual (Palma, 1976). «Antes de venir a esta redacción trabajaba en el Diari de Balears y, evidentemente, no había ninguna mujer en la sección de deportes porque eso era lo normal. Cuando me despedí y les dije a los compañeros que me iba a IB3, recuerdo que el jefe de la sección de deportes me dijo: ‘¡Anda, no sabía que te gustaran!’. Entonces se veía como algo extraño que una mujer pudiera hablar de fútbol», recuerda. De repente Marga se encontró rodeada de compañeras que, hasta ese momento, no habían tenido la oportunidad de dedicarse a aquello por lo que habían luchado. Elisabeth Moll, Patty Sogas, Mercè Valero, Miquela Valls o Cristina Roig fueron las pioneras de un informativo que irrumpió con fuerza en los hogares de todas las islas y que pronto se convertiría en un referente.
Con el paso de los años, muchas de esas periodistas abandonaron el barco, pero en su lugar llegaron otras que han conseguido mantener una paridad poco o nada vista en otras redacciones de prensa, radio o televisión. Marta García (Palma, 1985) fichó por IB3 cuando todavía cursaba la carrera en el CESAG. Tras 14 años vinculada laboralmente al ente público, la periodista, testigo de algunas de las gestas del tenista Rafel Nadal, reconoce que «son pocas las mujeres que a día de hoy» sigan el circuito de la ATP: «Cuando haces una rueda de prensa en Mallorca nunca te sientes cuestionada por los compañeros. Aquí ya te conocen, pero cuando te vas fuera, por ejemplo, en las ruedas de prensa de Nadal en un torneo en cualquier parte del mundo, además de haber poquísimas mujeres, sí notas como si estuvieran evaluando tu pregunta. Sientes una mayor exigencia porque parece que tengas que demostrar más que el resto por el simple hecho de ser mujer».
Siguiendo el día a día del Real Mallorca en sus desplazamientos, pretemporadas y partidos se encuentra Emma Calsina (Manacor, 1984), quien antes de irrumpir en IB3 Televisió hace ocho años, ya había trabajado en la sección de deportes de Ona Mallorca e IB3 Ràdio. «A la gente todavía le sigue sorprendiendo que a una mujer le pueda gustar el fútbol, pero dentro de la redacción lo ven como algo totalmente normal y creo que todas sentimos que los compañeros nos tratan exactamente igual. No hay chascarrillos por su parte, que podría ser lo fácil, aunque hay que decir que tampoco les queda más remedio, si no están apañados», bromea la manacorina, quien coincide con su compañera Marta García en señalar que en el mundo deportivo de la isla «la figura de la mujer está muy normalizada». «Los compañeros de otros medios, los clubes o los deportistas ven como algo totalmente normal que sea una mujer quien les entreviste. Yo he entrado en vestuarios del Mallorca o el Palma Futsal y mientras grabábamos ahí estaba todo el mundo cambiándose y no ha habido ningún problema nunca. Te tratan como a uno más y eso se agradece porque a nosotras nos facilita el trabajo», reconoce.
Desigualdad en el ámbito nacional
Pilar Seguí (Palma, 1989) lleva el deporte en las venas. La periodista, quien aterrizó en la televisión autonómica hace seis años, es hija del tirador Joan Seguí, el isleño que cuenta con más participaciones en unos Juegos Olímpicos (cinco), además de formar parte del equipo femenino del Espanya HC. «Si te soy sincera, hasta que no subieron a Marga a editora y a Maria a jefa, yo no acababa de ver claro que todos los puestos con algo más de cargo siempre tuvieran que estar ocupados por hombres, teniendo a mujeres superválidas trabajando aquí. Sentía que estábamos en cierta desventaja y no me parecía del todo justo», reivindica. Como al resto de sus compañeras, Pilar reconoce que hay gestos que todavía le siguen chocando cuando sale a grabar fuera de la redacción: «El otro día, por ejemplo, fui a un rodaje y no sé cuántas veces me preguntaron si quería que me llevaran el trípode, cuando por ejemplo el cámara iba mucho más cargado. ¡Puedo con un trípode, por Dios!». «A mí me dicen eso y les digo: todo tuyo», interviene Emma Calsina en la charla, desatando las risas de sus compañeras.
La benjamina de la redacción es Marta Sureda (Caimari, 1993), quien desembarcó en la televisión hace cuatro años tras pasar por los estudios de IB3 Ràdio. Especializada en el mundo del voleibol, Sureda se muestra especialmente reivindicativa cuando se plantea el tema de la igualdad: «Quizás IB3 Televisió sea una excepción, pero creo que las mujeres no cuentan con las mismas oportunidades que los hombres dentro del periodismo deportivo. Solo hace falta echar un vistazo a los principales programas de radio o televisión a nivel nacional. Siempre están narrados o locutados por hombres, además de que a la mujer se le sigue tratando muchas veces como a un florero, porque esa figura sigue existiendo, aunque en ese sentido no le daría la culpa únicamente al sector masculino», puntualiza. «Al final tú, como mujer, debes valorar qué condiciones laborales quieres y qué papel quieres jugar. Te pueden decir: ‘Mira, tú como eres mona, ponte a leer esta pizarra aquí’. Luego ya es decisión tuya aceptarlo o no. Se criminaliza al hombre, cuando muchas veces, por suerte, tenemos poder de decisión», reconoce.
Melisa Aliaga (Calvià, 1991), como buena hija pródiga, regresó a la redacción de deportes de IB3 Televisió hace ahora tres meses, aunque antes ya estuvo trabajando durante mucho tiempo en dicha sección del ente balear. Su naturalidad a la hora de reconocer que tan siquiera se había planteado el hecho de que tantas mujeres estuvieran informando sobre deportes dice mucho de las generaciones que vienen: «Ha sido precisamente a raíz de esta entrevista que me he puesto a pensar cuántas chicas estábamos aquí trabajando porque la verdad que no me lo había planteado. Quizás es porque desde muy pequeña mi padre me llevaba siempre al fútbol y siempre me he sentido vinculada al deporte. Nunca me he sentido extraña en este mundo». Pese a todo, Melisa reconoce que todavía «hay muchos pasos que dar, sobre todo a favor de las deportistas, que siguen estando muy desamparadas». «No existe igualdad en muchos ámbitos, desde el económico, al publicitario, pasando por la visibilidad. En ese sentido los medios de comunicación creo que jugamos un papel muy importante para poder ayudar al deporte femenino y creo que podríamos incluso estar aún más concienciados con este tema», resalta.
«Quizás aquí es verdad que somos nosotros los que tendríamos que hacer algo de autocrítica», advierte Maria Mayans, pese a la innovadora redacción que dirige. «Más allá de la cantidad, creo que lo importante es analizar el papel qué tiene la periodista deportiva. Hace falta más presencia de la mujer en el análisis o en los comentarios de retransmisiones. El rol de la mujer ha de tener más peso», reconoce. «Hace unos años, por ejemplo, el jefe de deportes era Albert Salas. En aquel momento él depositó su confianza en mí para que narrara partidos. Fue una fórmula novedosa porque hasta el momento una mujer nunca lo había hecho, pero si ahora no se hace es porque quien lo está haciendo, lo hace muy bien. Tampoco hay que poner a la mujer por delante del hombre por el simple hecho de buscar una cuota. Nunca en esta redacción se han repartido funciones atendiendo al género», explica.
«La mujer ha entrado con fuerza en un oficio que era muy masculino, pero aquí nunca hemos sentido la presión que creo sí pueden sentir compañeras de la península. A nivel estatal me da la sensación de que el trabajo de una periodista deportiva se observa con lupa y el error se castiga mucho más que si lo hubiera hecho un hombre. Quedan muchísimos pasos que dar todavía, pero vamos por el buen camino», concluye.
Los tiempos que han tocado vivir
Recogiendo sus bártulos y de vuelta al trabajo, surgen las anécdotas. «A mí me da la sensación de que hay compañeros que consiguen establecer un colegueo con los futbolistas que yo jamás podré conseguir. Si yo intento coger algo más de confianza, quizás se puedan malinterpretar las cosas. Me da la sensación de que el punto de partida no es el mismo para nosotras que para ellos», reconoce Pilar Seguí.
«Pues yo recuerdo que muchas veces cuando salía a rodar y me iba con un compañero cámara, la persona a la que entrevistábamos siempre se dirigía a él para explicarle las cosas y yo tenía que decirle: ‘Perdona, que la redactora soy yo’. Le explicaban las cosas a él porque parecía que yo no me fuera a enterar», recuerda por su parte Marta García.
«¿Ostras y de Manzano os acordáis?», cuestiona por su parte Marga Pascual rememorando viejos tiempos: «Cuando una periodista le hacía una pregunta en rueda de prensa, ¿cómo empezaba siempre su respuesta?». «¡Mujer!», entonan al unísono las más veteranas.
