«Rata», «traidor» o «pesetero» fueron algunas de las lindeces que unos pocos aficionados del Real Mallorca dedicaron al que hace menos de un año besaban por donde pisaba. Vicente Moreno, en su regreso a la isla, salvó su cabeza tras ganar al conjunto bermellón en un partido que pudo decantarse por cualquiera de las partes. Ayer el estadio de Son Moix amanecía con varias pintadas y pancartas en contra del preparador valenciano, quien durante y tras el partido se encargó de demostrar que el fútbol y los negocios son una cosa y la vida, otra completamente diferente. El de Massanassa, como siempre lo fue durante su época como bermellón, se mostró educado y muy cercano a los que durante varios años fueron sus jugadores. En la sala de prensa, tras el partido y como era de esperar, no desveló los motivos que le llevaron a abandonar el club rojillo, pero sí reconoció que hubo «muchas leyendas urbanas, todas en mi contra» que envolvieron su salida y le dejaron en una muy mala posición. Moreno es historia del Mallorca y recibirle en Son Moix debería ser un honor para esta afición. El tiempo le dará la razón.
Un año sin Maheta Molango
El pasado 11 de febrero se cumplió un año de la salida de Maheta Molango del club bermellón. En este tiempo el Mallorca ha ganado en calma institucional, pero ha dado un claro paso atrás a nivel comunicativo. Con un presidente que vive a miles de kilómetros de la isla, la entidad bermellona está huérfana de un líder que represente al club ante la Liga y responda a los problemas públicamente cuando se le precisa. Pablo Ortells será el mejor en su trabajo, pero ante los micrófonos el director deportivo no se encuentra nada cómodo. Algo mejor se defiende Alfonso Díaz, CEO de negocios, cuya labor tampoco tendría que ser la de dar explicaciones. El Mallorca necesita a una persona que le represente institucionalmente, resulta indispensable en estos tiempos que corren. La labor de Luis García en las ruedas de prensa, dicharachero y sincero, está logrando disimular dicha carencia, pero todos sabemos que Luis, por desgracia, tampoco es eterno.
Las costumbres de Qatar
El Mundialito de clubes, celebrado esta pasada semana en Qatar, dejó una imagen lamentable que demuestra, una vez más, que algunos países todavía tienen muchos pasos que dar. En un vídeo que circula a través de las redes sociales se puede observar como el jeque y presidente del Comité Olímpico qatarí Joaan bin Hamad bin Khalifa Al Thani -casi es más largo su nombre que su ignorancia-, le niega el saludo a la árbitra brasileña Edina Alves y a la asistente en reserva Neuza Back durante la entrega de una medalla por su labor en la final del torneo. Si lamentable es su gesto, más decepcionante resulta todavía que los valores que se han ganado a base de trabajo y mucho esfuerzo en otros países, se lancen a la basura por venderse de esta manera tan ruin al mejor postor. Xavi Hernández, exjugador del Barça, comentó en su día que a pesar de que «Qatar no sea una democracia, funciona mucho mejor que España». Quizás lo que necesita Xavi es sentirse mujer en un país donde todavía se las desprecia de esta manera. Defender lo indefendible también te hace ignorante. Y lo peor de todo es lo que está por venir. El próximo Mundial de fútbol también está vendido al mejor postor: Qatar 2024.
