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El combustible de los futbolistas

La figura del nutricionista deportivo se reivindica en clubes como el Real Mallorca y el Palma Futsal, donde Nuria Granados y Blanca Gil, respectivamente, contribuyen a optimizar el rendimiento de los jugadores

Nuria Granados, del Real Mallorca, y Blanca Gil del Palma Futsal, posan en Son Bibiloni.

«El deportista es como un coche. Puede ser el mejor del mundo, pero si llegas a la gasolinera y le echas el peor diesel, no rendirá como toca y con el paso de los años se estropeará. A los futbolistas no se les puede alimentar con cualquier cosa, hay que nutrirlos. Si se hace correctamente, los resultados se notan». Blanca Gil ha irrumpido en el Palma Futsal. Después de toda una vida dedicada al waterpolo profesional, esta castellonense afincada en la isla desde hace años ha entrado en escena para tomar el mando de la nutrición de la plantilla del conjunto palmesano.

Su homóloga en el Real Mallorca, Nuria Granados, lleva temporada y media al frente del conjunto bermellón. Hasta ese momento el club había trabajado dicho aspecto con un especialista que acudía a Son Bibiloni una vez al mes para medir la composición corporal de los jugadores. Mandaba unas pautas generales, pero no tenían a nadie que hiciera un seguimiento. «Con el ascenso y el aumento de presupuesto decidieron que hacía falta esta figura en el engranaje del primer equipo», apostilla la palmesana, quien antes de entrar a formar parte de la entidad rojilla, trabajaba mano a mano con el médico del Atlético Baleares en el control de sus futbolistas.

Hoy en día la nutrición es considerada uno de los pilares fundamentales del rendimiento de los deportistas. Junto a la preparación física y un descanso adecuado, se ha convertido en una de las partes más importantes del entrenamiento invisible que realizan los futbolistas. Pocos clubes de Primera y Segunda División no cuentan a día de hoy con la figura de un nutricionista y son muchos ya los equipos profesionales, como el Palma Futsal, que han decidido incorporarla.

Nuria Granados

«No existe una cultura muy arraigada en ese sentido, pero poco a poco la gente se va concienciando de la importancia que tiene. Se rinde más, se duerme mejor, hay menos cansancio, no te lesionas tanto y te recuperas antes. Las ventajas son infinitas», reconoce Gil. «Siempre dicen que lo importante es meter goles y yo eso no lo discuto. Quizás resulte difícil valorar cuánto influye la nutrición en los deportistas. Yo a mis chicos lo que les digo es que si comen bien, eso va a repercutir directamente en su estado de salud. Si no te falta ningún nutriente y tienes una dieta variada, tu función inmune va a tope y te recuperas mucho antes de cualquier lesión», coincide Granados.

La báscula no lo es todo

El proceso en busca del plan nutricional adecuado no es sencillo. No se trata únicamente de ponerles a régimen o ejercer de sargento con la báscula. «No me gusta que se hable de control, lo que hacemos es planificar y conseguir que sean los propios futbolistas los que saquen todo el jugo a los alimentos que tienen en casa. Si ellos no se sienten cómodos con las dietas, hay que buscar alternativas. Comer ha de ser agradable y no una penitencia», advierten.

En el Mallorca se planifican todas las comidas de los futbolistas. Desayunan en la Ciudad Deportiva, para luego hacer un seguimiento de su almuerzo y su cena. Debido a las restricciones provocadas por la Covid, «cada jugador se lleva su fiambrera personalizada a casa con todo lo que necesita. Hay que tener en cuenta que hay futbolistas musulmanes, también veganos, y al final lo importante es que exista un ‘feedback’ positivo con ellos para conocer sus gustos y un contacto directo con el servicio médico, para saber si la alimentación debe estar encaminada hacia una recuperación o hacia otro aspecto».

Blanca Gil

En el caso del Palma Futsal los jugadores desayunan, comen y cenan en casa. «Así que en ese sentido tienen que ser ellos mismos los que no se engañen con lo que hacen. Les das unas pautas y les confeccionas los menús teniendo muy en cuenta sus patologías: si son alérgicos a algún alimento, diabéticos o se mueven por alguna costumbre», explica Blanca.

No todo es arroz y pollo

Sin duda, uno de los principales retos a los que se enfrentan diariamente es el de combinar y cocinar de la forma más creativa posible y con diferentes recetas los alimentos que deben tomar los deportistas. «Esto no se basa en dar de comer a un rebaño con arroz blanco en cubos. El objetivo es que la comida saludable sea igual de atractiva o más que la que no lo es», reconoce Nuria: «Pep Guardiola, por ejemplo, da muchísima importancia a la alimentación y lleva años trabajando con la misma nutricionista. El día antes del partido, en el Manchester City, lo llaman el ‘big moment’. Ahí los jugadores tienen de todo: sushi, crepes, licuados… Todo sano y bien presentado. El problema en nuestro caso es el presupuesto. Si en Primera había nueces de macadamia, este año hay que conformarse con anacardos. Peleo mucho con la directiva del club para que tengan esto en cuenta. Un día, tras una comida, estábamos todos reunidos y el camarero vino a tomarnos nota del café. Le dije que nos trajera a todos el mismo: solo y sin azúcar. Evidentemente todos empezaron a quejarse y les dije: ‘¿Veis? Cada uno tiene sus gustos. Pues los futbolistas exactamente igual’».

«Al final te encuentras casos de todo tipo», reconoce por su parte Blanca Gil. «Uno de los más jóvenes del plantel, por ejemplo, no sabe cocinar. Pues empiezas con él desde cero. Un vaso de arroz y tres de agua, te va a quedar así después de tantos minutos... Le he acompañado incluso al supermercado, porque acaba de llegar y hay muchos alimentos que desconoce de nuestra gastronomía. Lo que quiero es que obtenga resultados y que él mismo se dé cuenta. Necesito que crean en mí y me da la sensación de que lo hacen. Te envían fotos con lo que cocinan y te enorgullece», aclara.

Ambas nutricionistas coinciden en reconocer que es muy importante contar con el apoyo del cuerpo técnico. «Antes incluso de que firmara con el Mallorca, Luis García mantuvo una reunión conmigo. Son muy respetuosos con mi trabajo y siempre me refuerzan positivamente. Ellos comen exactamente lo mismo que los jugadores, un gesto que les honra porque hay muchos otros equipos en los que la mesa de técnicos tiene vino, cerveza y jamoncito», reconoce. “Vadillo me ha aconsejado que vaya poco a poco con según qué futbolistas, sin que se den cuenta. Él los conoce mejor y sabe de qué pie cojean», admite por su parte Blanca.

La suplementación alimentaria

Los batidos y la suplementación alimentaria juegan también un papel importante. «Están a la orden del día. Si son necesarios para según qué personas que no asimilan según qué nutrientes, imagínate para un deportista de élite», asegura la exwaterpolista. «Yo no es que esté en contra, porque son muy útiles cuando viajas, pero intento mostrarles que en los alimentos de nuestro día a día, pueden encontrar todo lo que necesitan», explica por su parte la nutricionista del Mallorca: «Me gusta poner mucha fruta cortada, licuados de zanahoria con jengibre o de remolacha y frutos secos. Les enseño que la fuente de hidratos la pueden tomar en polvos o la pueden conseguir comiendo fruta. Y que las proteínas las tienen en un batido o en una crema de cacahuete. Me gusta que ellos elijan y se sientan cómodos».

Además de enamoradas de su trabajo, tanto Nuria como Blanca admiten sentirse muy valoradas y que día tras día ven una evolución en los hábitos de sus futbolistas. «Tengo a uno de los jovencitos que no quería nada verde en el plato y ahora se prepara unas ensaladas preciosas con mango y frutos rojos. Manolo Reina, por ejemplo, se ha montado un huerto ecológico en casa, con limonero incluido, y me envía fotos de los platos que prepara a sus hijos. Los domingos, además, acude a una granja en Felanitx para comprar huevos de gallina de campo. Tan importante como la variedad es la calidad del producto. A Antonio Raíllo, sin ir más lejos, le encanta comprar fruta y verdura en huertos de proximidad», reconoce Granados.

¿Y en los desplazamientos? «Pues el otro día en Albacete, sin ir más lejos, llamé al nutricionista del club para que me pasara el contacto de algún sitio que nos preparara un picnic post-partido. Contacté con uno de los teléfonos que me dio porque me pareció que tenían una carta muy saludable. Me cogió el teléfono un chico y me dijo que era Tomeu Nadal. «Pues para ser de Albacete tienes un nombre bien mallorquín», le contesté. Resulta que ese Tomeu, era Tomeu Nadal, el portero del equipo, que tiene allí montado un negocio de comida saludable y fue él quien se encargó de nuestra alimentación tras el encuentro. Hubo muchos jugadores que bromearon con la posibilidad de que la comida pudiera llevar algo», cuenta entre risas.

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