La lesión de rodilla de Mati Rosa ha caído como un jarro de agua fría en el vestuario del Palma Futsal. El cuerpo técnico y sus compañeros recibían la noticia con mucha tristeza por ser una lesión de gravedad de un compañero y, además, por ser Mati Rosa, que justo acababa de superar la misma lesión en la otra rodilla. La plantilla vivió el calvario que tuvo que sufrir el argentino y todo el empeño que puso para superar la primera lesión y ahora tendrá que volver a repetir el camino recorrido para estar otros ocho meses de rehabilitaciones y recuperaciones. Antonio Vadillo, el técnico, ha mostrado este jueves el sentir del vestuario: «La lesión de Mati fastidia bastante porque hace poco acaba de salir de esa lesión, le ha costado mucho salir y ahora que parecía que volvía a ser el Mati de siempre y sin molestias, con buen ritmo de competición y vuelve a lesionarse».

«Son partidos amistosos, en países lejanos, con vuelos con varias escalas, de 14 y 15 horas de viaje, están tres días, juegan dos partidos y vuelven otra vez con otro viaje igual. Eso es una carga acumulada muy grande»

«Para los jugadores es una putada. Es cierto que están expuestos a esto y es jodido, pero más para una persona como Mati, que es muy entrañable, que nos ha ganado a todos, que siempre suma, aporta su grano de arena en beneficio del grupo, trabaja para aprender y mejorar, siempre en sintonía con nosotros. Es un jugador que siempre suma y cuando le pasa esto a un jugador así fastidia bastante», ha destacado.

Vadillo siguió de cerca la espera hasta que se conoció la lesión del argentino, en permanente contacto con su entorno y con la selección a la espera de que no se confirmara el peor diagnóstico posible, como terminó sucediendo. «Hablando ayer con él ya le dije que no queda otra que arremangarse y pensar en la recuperación y que lo más pronto posible esté en la pista de nuevo», admitió.

Los partidos internacionales pasan factura esta semana al Palma Futsal, porque pierde a dos de los jugadores. Carlos Barrón sigue confinado en su casa a la espera de superar el coronavirus que «es algo a lo que todos estamos expuestos y todos tenemos un riesgo alto», apuntó Vadillo.

«Que tengamos siete jugadores internacionales es muy bonito para el club, pero yo hubiese preferido que se hubiesen estado aquí»

En cambio, la lesión de Mati Rosa llega en otra situación completamente distinto. El jugador, igual que otros compañeros, se fue el viernes para realizar un viaje muy largo hasta Uzbekistán, con varias escalas y jugar dos partidos consecutivos en menos de veinticuatro horas. Y todo para jugar partidos amistosos de selecciones en un calendario comprimido por la pandemia y con las actuales condiciones para viajar que son más difíciles que nunca para enlazar vuelos dada la limitación en gran parte del mundo. «Son partidos amistosos, en países lejanos, con vuelos con varias escalas, de 14 y 15 horas de viaje, están tres días, juegan dos partidos y vuelven otra vez con otro viaje igual. Eso es una carga acumulada muy grande para los jugadores ahora mismo», ha explicado.

«Soy sincero y a mí, egoístamente, tengo que decir que no me gusta, no me hace gracia. Que tengamos siete jugadores internacionales es muy bonito para el club, pero yo hubiese preferido que se hubiesen estado aquí. Evidentemente cuando son competiciones oficiales está claro y contamos con ello, pero fastidia y más cuando pasan estas cosas. Pierdes a un jugador para lo que resta de temporada porque se ha lesionado, que te puede pasar en cualquier momento, pero se ha dado en esta situación», ha reconocido.

Vadillo, que fue internacional como jugador, ha afirmado: «Entiendo a los jugadores porque tienen que defender a su país. En mi época de jugador tuve la suerte de ir con la selección y es un privilegio, pero ahora en mi situación de entrenador no me gusta que los jugadores se vayan. Si me dan a elegir, prefiero que se queden».