El entrenador del Penya Arrabal juvenil A, Miguel Soler, fue destituido de manera fulminante ayer tras presentarse a entrenar siendo positivo por covid-19. El técnico rojillo, artífice del ascenso del club bermellón a la máxima categoría juvenil a nivel nacional, la División de Honor, dio positivo el pasado día 20 de enero en las pruebas diagnósticas que semanalmente se hace la plantilla al participar en una competición nacional. Se siguieron los protocolos marcados por Sanidad y el preparador fue confinado en su domicilio a la espera de su evolución. De hecho, no pudo acudir al importante derbi ante el San Francisco del sábado 23 y su conjunto le dedicó el triunfo final (1-0) con una foto multitudinaria y con un cartel de ánimo.

En el entrenamiento de ayer, preparatorio del partido ante el Barcelona de este próximo domingo, Miguel Soler se presentó a la sesión por la tarde sin tener el alta médica, que se producía en la medianoche de ayer, dado que solamente hacía una semana que había dado positivo. Su presencia obviamente no pasó desapercibida por los presentes, especialmente por los directivos, que llamaron al director técnico del club, el abogado Jordi Horrach. Este mandatario se desplazó urgentemente a Can Valero y tras cerciorarse de la presencia de Soler en las instalaciones, le se reunió con él en privado para despedirle de forma inmediata.

“Hay líneas que no podemos sobrepasar, esto lo tengo claro”, ha señalado Horrach a DIARIO de MALLORCA, que ha añadido: “Hemos obrado de la mejor manera y de la única que era posible. Nosotros tenemos que tener una responsabilidad y no podemos ser partícipes en un contagio masivo del equipo como tampoco de los familiares de los jugadores. Tengo la conciencia muy tranquila”.

Miguel Soler está muy afectado por esta destitución. “Esto es de locos. Tal vez me equivoqué, pero solamente fui para estar 20 minutos y porque había dos jugadores que tenían dudas de quedarse en el club. Acababa el confinamiento en unas horas y acudí con dos mascarillas y guantes y estuve todo lo alejado que pude del terreno de juego. Sé que la situación es muy seria. No veo a mis padres desde hace muchas semanas, pero esta destitución la veo excesiva”, ha manifestado Soler, que ha agregado: “Llevo siete años en el club y nadie me puede discutir todo el trabajo que he hecho por él. Quiero a los jugadores y me siento muy querido por ellos, por lo que ahora es normal que muchos no quieran jugar si yo me he ido. Ellos son personas. No he dormido en toda la noche”.

La destitución de Miguel Soler ha llevado sus consecuencias ya que la plantilla, la mayoría de jugadores, fichados por este preparador, ahora no quieren jugar. “Ahora tenemos un motín en la plantilla, y lo siento, pero nosotros hemos obrado como tocaba. Si no quieren jugar jugará el B y sino el C. Y si fuera necesario, los cadetes”, ha comentado resignado Horrach.

Al respecto, el Penya Arrabal ha solicitado al Barcelona aplazar el partido del próximo domingo y el club catalán se ha negado, aun sabiendo que el motivo había sido el contacto directo con una persona afectada por coronavirus. El club de Palma ha puesto esta circunstancia en conocimiento a la Española, que ahora en un corto plazo de tiempo deberá de decidir qué hace. Otra circunstancia es que el juvenil B juega el mismo día en Ibiza en la Liga Nacional por lo que a Barcelona, si la Española obliga a jugar el partido, iría el equipo C.

El equipo A lo entrenará a partir de ahora Tomás Serapio, que era el preparador del B; y Luis Orejuela llevará el B. Aún no se sabe quién preparará el C, que tiene muchos números de desaparecer.