¿Qué se le pasa a un futbolista por la cabeza cuando vuelve a vestirse de corto después de temporada y media lesionado?
Muchísimas cosas, pero sobre todo el esfuerzo que he tenido que hacer para poder recuperarme. Se cierra un círculo y espero abrir otro lleno de alegrías.
¿Cómo se sintió físicamente? ¿Iba con miedo?
En ningún momento pensé en no meter el pie. Todo lo contrario. Jugué con naturalidad porque la rodilla ha respondido todos estos últimos meses perfectamente. Al día siguiente tampoco he tenido ninguna molestia ni ningún dolor.
Lo normal, tras una larga lesión, es jugar diez o quince minutos. Usted salió de inicio.
Ya llevo bastantes meses entrenando al 100% y por suerte el míster ha confiado en mí desde el primer momento. Ha visto en los entrenamientos lo que podía darle y si él decidió que podía jugar de inicio, estoy agradecido.
Por lo que dice, no hubiera estado de más contar con la ficha federativa en el primer tramo del campeonato ¿no?
Si me dan a elegir, hubiera preferido tenerla, pero las circunstancias son las que son. Quizás en ese momento no estaba al 100% y el club prefirió que regresase ahora. Hay que mirar el lado positivo, me he preparado bien y espero poder aportar mi granito de arena.
Era una lesión en la que se necesitaban unos ocho meses de recuperación. ¿Qué ha pasado?
He vivido tres operaciones en este tiempo y el confinamiento también retrasó mi puesta a punto. Cuando parecía que ya me iba a poder incorporar, justo antes de la disputa de los play-off en Málaga, tuve que pasar de nuevo por quirófano por una infección en la rodilla y otra vez volver a comenzar. Ha sido un proceso muy largo.
¿Cuál ha sido el peor momento de todos?
Cuando me dicen que tengo que volver a operarme antes del play-off. Me pilla por sorpresa porque ya veía la luz al final del túnel. No tuve ni tiempo para asimilar la situación. En ese momento se me pasaron muchas cosas por la cabeza.
¿En algún momento pensó en tirar la toalla?
Incluso en dejar el fútbol. Tenía miedo de tener que volver a pasar por lo mismo, pero en cuanto empecé a ver una evolución positiva, la tontería se me fue rápido.
En todo este proceso, llegó a perder 11 kilos. ¿Qué pasó?
Ocurrió en el primer mes. No es que no comiera, porque estaba en casa de mis padres y me preparaban buenos platos, pero fueron muchas noches sin dormir, con mucho dolor… Mi estado anímico no era el mejor. Fueron un cúmulo de circunstancias que me llevaron a meterme en un círculo negativo.
En enero de 2020 se encuentra con la negativa de Mandiola de darle ficha. Eso, bien no sienta.
El míster pensó que el equipo necesitaba un refuerzo que pudiera dar rendimiento inmediato y el club, por no entrar en polémica, prefirió renovarme y no darme ficha. Es una decisión que toman y que acepto, no había otra.
¿Cómo era su relación con Mandiola en aquella época?
Bueno, él tenía su opinión y yo la mía. Nunca hemos tenido una mala relación. Mandiola hizo aquí sus cosas buenas y otras no tanto. Al final el club decidió que había acabado su ciclo y ya no tengo nada más que decir.
«Si me dan a elegir, hubiera preferido tener antes la ficha federativa, pero hay que mirar el lado positivo»
¿Estaba el vestuario dividido?
Cada uno puede tener su opinión, pero a la hora de jugar, todos queríamos lo mismo, el ascenso. Todos éramos profesionales y sabíamos lo que nos jugábamos. No pongo en duda a ningún compañero.
¿Qué tal con Jordi Roger?
Es de los típicos entrenadores que me gustan porque tiene muchas similitudes con un técnico que a mí me hizo mejorar bastante, Onésimo Sánchez. Son bastante parecidos a la hora de exigir al jugador para sacarle el mejor rendimiento.
¿Les pone vídeos del rival?
Sí, sí que nos pone (ríe).
Los resultados no han sido los esperados hasta el momento, pero la directiva lo ha tenido claro: confianza ciega en el entrenador y salida de varios futbolistas.
En el fútbol estamos acostumbrados a ver que lo más fácil es echar al entrenador, pero si la directiva ha considerado esto es porque creen en él y quizás los compañeros que estaban no habían dado lo que el club esperaba.
Pero no ha sido la primera vuelta soñada.
No. El Baleares está hecho para luchar por el ascenso y tras la primera vuelta no estamos en esas posiciones. No estamos contentos, pero quedan partidos y estamos a tiempo de solucionarlo. Tenemos mimbres para luchar por todo.
«¿Renovar? El Baleares siempre será mi primera opción. Cuando llegue el momento hablaremos»
¿Tras el partido frente al Rayo Majadahonda, ¿ha vuelto la mejor versión del equipo?
Un partido no puede marcarlo todo, pero sí me pareció el mejor encuentro de la temporada en cuanto a intensidad, compromiso y competitividad.
Y sin descanso, mañana el Getafe B. ¿Está preparado?
Por supuesto, llevo tres meses preparándome para esto. El resultado ante el Rayo nos ha venido bien para coger confianza. Sabemos que el Getafe viene de ganar y que no será fácil, pero hay que seguir sumando partido tras partido.
Acaba de cumplir tres temporadas en la isla, ¿renovará?
Mallorca se ha convertido en mi casa. Siempre me he sentido muy bien aquí. Mi prioridad es quedarme en el Baleares, donde soy feliz. Acabo contrato este año y, si el club quiere, nos sentaremos a hablar. Por mí no va a haber problema. Siempre van a ser mi primera opción.
¿Independientemente de la categoría?
Por supuesto. Cuando renové la primera vez, ya sabía que iba a jugar en Segunda B, tenía muy claro que quería seguir aquí.
¿Por qué le cuesta tanto al Baleares renovar antes de que finalice la temporada?
Es la política que han tenido durante los últimos años y hay que adaptarse a ella. Trabajan así y no veo inconveniente.
