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Minuto 91 | El primer desliz de Luis García en el Mallorca

El entrenador madrileño, que ha supuesto un soplo de aire fresco, muestra en la derrota su cara más desconocida, la de ver fantasmas donde no los hay

Luis García, en un partido de esta temporada en el Visit Mallorca Estadi.

Además de por el excelente rendimiento que está sabiendo sacar al equipo, lo que más se destaca de Luis García es su simpatía, su naturalidad a la hora de hablar de temas obvios y recurrentes, como casi todos en el fútbol. Sonríe en las ruedas de prensa, pocas veces se enfada, adelanta quién va a jugar y quién no. Un rara avis en el mundo de los entrenadores, siempre tan celosos de lo suyo. Y por aquí sabemos un rato con Vicente Moreno, que entre otras rarezas no daba la lista de convocados en los desplazamientos hasta que la expedición llegaba al punto de destino.

Pero el primer error del madrileño tenía que llegar. Y lo hizo en la derrota. Fue ante el Fuenlabrada, en el último partido de un 2020 que afortunadamente ya está en la papelera de la historia. Cabreado por la pérdida de los tres puntos, Luis García vio fantasmas donde no los hay. «No olvidemos que peleamos contra dos ciudades como Madrid y Barcelona», en referencia a que en la capital española juegan el Leganés y el Rayo, y en la catalana el Espanyol y el Girona, firmes candidatos al ascenso. Ninguno de estos cuatro clubes tiene más peso que el Mallorca y recurrir a esta teoría sorprendió a los que creíamos que Luis García estaba por encima de estas cosas. Han pasado ya días pero, entendiendo el calentón del momento, se le echó en falta reconocer que su equipo había fallado más que ningún otro día. Y que si regalas, al final se paga. No hubo más misterio en el segundo tropiezo de la temporada. El Mallorca va segundo por méritos propios, porque lo hace mejor que casi todos, limitándose a jugar. Y que lo haga tan bien, en buena culpa es de su entrenador.

Kubo pincha en el Villarreal. El japonés, uno de los pocos que se salvaron en el Mallorca del descenso, ha pasado de ser un futbolista valorado a cuestionado. Es verdad que en el Villarreal de Emery hay más nivel que en el Mallorca, aunque solo sea porque uno milita en Primera y el otro en Segunda. Pero a los que hemos visto al nipón vestido de rojo se hace difícil entender los motivos por los que apenas ha contado para el donostiarra. Si fue él quien lo pidió y no le ha dado bola, tiene delito, porque precisamente gratis al Villarreal del Real Madrid no llegó. Y si ha sido un capricho del dueño del club sin preguntar a su entrenador, peor todavía. En el fútbol abundan casos así, jugadores que cuestan su buen dinero y después, por el motivo que sea, no se cuenta con ellos. A eso se le llama despilfarro.

La valentía de Torrecilla. En una entrevista a Radio Marca, la futbolista mallorquina ha vuelto a demostrar que está hecha de otra pasta. Habla sin tapujos del tumor cerebral que la ha apartado temporalmente de la actividad. Asegura de que volverá a practicar su deporte favorito, que llorará cuando lo haga y marque con el Atlético de Madrid. Emociona su optimismo, la alegría con que encara el futuro -«ha sido un año muy complicado, pero todo ha pasado, que es lo que importa»- y, sobre todo, su naturalidad a la hora de hablar de sus sentimientos. «Mentiría si dijese que no he pasado miedo y que no lo paso, tienes que afrontar una enfermedad que no sabes cómo va a salir, siempre hay miedo de volver a recaer, pero hay que asumirlo y vivir para adelante». Palabra de campeona.

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