El Cardassar recordará con orgullo lo que sucedió anoche en Es Moleter. Quedó eliminado, cierto, pero siempre podrá decir que dio la talla ante el Atlético de Madrid (0-3). En el día más importante de sus noventa y seis años de historia, y quizá de los noventa y seis siguientes, los mallorquines sucumbieron a los goles de Lemar, Ricard y Vrsaljko, pero no fueron ninguna comparsa ante uno de los gigantes de Europa. Ni mucho menos. Faltó pegada, pero el fenomenal orden defensivo dio credibilidad a estos futbolistas de Tercera División, que hoy volverán a sus respectivos puestos de trabajo con la alegría de haber competido con honor.

El Cardassar tenía claro que tenía que resistir como fuera en los primeros minutos. Y no solo lo consiguió, sino que se dio cuenta que también podía dar un paso adelante. Los colchoneros, sorprendentemente imprecisos, quizá por no estar acostumbrados al césped artificial, les concedieron algunas opciones. Como el tiro de Sergi, que se fue demasiado alto. El plan del Atlético era evidente. Tocar y tocar, con su enorme superioridad técnica, hasta desarbolar a la zaga y encontrar el hueco. Pero la defensa de cinco dibujada por Tomàs estaba surtiendo efecto. Eso sí, el meta Ángel, el héroe de la eliminatoria previa frente al Épila aragonés, se lució con dos soberbias intervenciones a remates de Lodi, primero, y Torreira, después. Y justo en esa misma acción, el ‘Carde’ mostró los dientes, aunque se quedó sin morder. Miguel se plantó solo ante el meta rival, pero se entretuvo demasiado y Felipe se cruzó.

Los del Llevant alimentaban sus ilusiones a base de coraje hasta que en el minuto veinticuatro se dio un golpe de realidad. Lemar, desde la frontal, soltó un disparo imposible para Ángel que se coló en la portería tras pegar en el palo. Fue un mazazo, pero el éxito es que el Cardassar no se vino abajo, por mucho que los madrileños empezaran a llegar con demasiada facilidad. Vitolo, con un disparo, y Felipe, con un testarazo, evidenciaban que querían más.

El internacional Saúl debió ser expulsado por una fuerte entrada a Pau Soler, pero el colegiado solo le mostró la amarilla. Ricard, poco antes del descanso, se sacó de la chistera una genialidad. El canterano, que debutaba anoche con el primer equipo, lanzó un obús a la escuadra. Fue un gol terriblemente bello para las esperanzas de los locales, que no olvidarán la ocasión que tuvieron en el minuto 42. Tras una gran combinación, Javi López chutó demasiado flojo cuando solo le quedaba superar al portero Grbic. El Cardassar dio la cara en la segunda parte de forma admirable. No se descompuso, aguantó físicamente y llegó a desquiciar a algunos rojiblancos, que se estrellaban ante Ángel y el pundonor de los Abel, Tià Coll y compañía. Vrsaljko marcó el tercero, pero fue una anécdota. Es una de esas derrotas que no duelen. Ni dolerán. Esto es una sonrisa para siempre.