El Barcelona, con las mallorquinas Patri Guijarro y Mariona Caldentey en su once inicial, regresó a la Liga de Campeones femenina como si se tratase de una simple continuidad de las exitosas dos temporadas anteriores y venció por 1-4 al PSV Eindhoven en la ida de los deciseisavos de final para dar un primer golpe sobre la mesa.

Y lo logró sin necesidad de acercarse a su máximo potencial, cometiendo errores poco habituales, sobre todo en la salida del balón. Ya en el minuto 4, el equipo de Lluís Cortés dejó clara su superioridad ante un conjunto debutante en la competición con un remate de cabeza de la máxima goleadora histórica del club, Jennifer Hermoso, que se convirtió en el primer tanto de una eliminatoria prácticamente sentenciada.

El Atlético de Madrid femenino tabién encarriló su pase a los octavos de final tras ganar (2-3) en su visita al Servette suizo.