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Son Amar regresa al voleibol

El patrocinador del histórico club de Palma que lideró Damià Seguí entra de nuevo en escena

El Garden Hotels Mallorca Volley Club disputa sus encuentros como local en el Palau Municipal d’Esports d’Inca.

Los más nostálgicos amantes del voleibol asocian el nombre de Son Amar a la época dorada de este deporte en nuestra isla a partir de los años ochenta. De la mano de Damià Seguí, empresario turístico, el Son Amar Palma y los distintos proyectos impulsados por él mismo han conquistado un total de 24 títulos nacionales y su éxito ha proyectado la imagen de Mallorca en competiciones internacionales.

A punto de cumplirse casi dos años del fallecimiento del mecenas deportivo solleric, su legado sigue vigente. La semilla que él mismo sembró, como pionero del voleibol en la isla, ha permitido que hoy en día figuren cuatro clubes baleares en la máxima categoría nacional. Este fenómeno también se evidencia con la notable representación de jugadores y jugadoras, formados en la cantera isleña, que juegan en equipos de primer nivel y son convocados por las selecciones nacionales.

Margaret Whittaker, actual dueña de la finca de Palmanyola donde se encuentra el centro de espectáculos rebautizado como House of Son Amar, ha decidido esta temporada apoyar de nuevo el voleibol patrocinando el proyecto del Garden Hotels Mallorca Volley Club que compite en Primera División Femenina.

Menday y Whittaker en el salón de House of Son Amar.

«Damià Seguí fue una pieza clave en el voleibol. Cuando en 2007 me hice cargo de Son Amar, todo el mundo en la isla me hablaba de los éxitos que logró impregnando en su equipo la pasión que ponía en todos sus proyectos», afirma la empresaria británica en declaraciones a este diario.

El nexo de esta nueva conexión es Damon Mark Menday. El presidente del club de Inca se formó como jugador en la cantera del Son Amar Palma y, a principios de los años ochenta, alternó el equipo juvenil y el de Superliga.

«Como exjugador del Son Amar es lógico que quiera compartir con ellos un proyecto que nació hace poco más de un año y que aspira a alcanzar una categoría profesional. Cuando les presenté el Garden Hotels Mallorca Volley Club, enseguida creyeron que era el momento de volver al voleibol», confiesa Menday.

La apuesta de House of Son Amar por el voleibol femenino puede sorprender si se observa como tradicionalmente los éxitos se asocian al equipo masculino de antaño. Lo cierto es que el paradigma ha cambiado y las categorías formativas femeninas acumulan, año tras año, títulos a nivel nacional en pista y en la temporada de playa.

Las cifras también apoyan el nuevo rumbo en este deporte. La Federació de Voleibol de les Illes Balears registró en 2019 un total de 2.263 licencias, de las cuales 1.254 correspondían a menores de 16 años. La mayoría de ellas, 1.044, eran practicantes femeninas en edad escolar. Una tendencia al alza que, año tras año, reivindica Dolors Besné, presidenta de la FVIB.

Apuesta por la cantera

En su segunda temporada de andadura, el equipo que milita en la categoría de bronce comparte el Palau Municipal d’Esports d’Inca con el juvenil y el cadete, creados este año, esperando inscribir el próximo curso a dos equipos más en categoría infantil.

«En el voleibol profesional de la isla no hemos tenido donde mirar hacia abajo. Ahora queremos enmendar este error nutriéndonos de la cantera y que las jugadoras más jóvenes tengan un espejo en el que reflejarse y sepan que, si trabajan duro, podrán llegar alto», apunta Damon Mark Menday.

En la misma línea Margaret Whittaker ensalza como clave que el proyecto «cuente con jugadoras locales que, hasta ahora, tienen que ganarse un sitio fuera de la isla para demostrar su talento en categorías superiores» agregando que siente el «deber de ayudar a otras mujeres a explotar su potencial en un ámbito perfecto, como es el deporte, para dar visibilidad al cambio de mentalidad que vive nuestra sociedad».

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