Las Finales ATP, el torneo que reúne a los maestros de la raqueta y que pone el broche de oro a la temporada, incluso a una tan convulsa como esta, siempre cuenta historias de debutantes afortunados, de ganadores imprevistos y de grandes tenistas.

A Rafel Nadal, clasificado a este evento en los últimos 15 años, y que se estrena esta noche (21 horas, Movistar) ante el ruso Andrey Rublev, le falta unirse al selecto grupo de tenistas que han puesto su nombre en el palmarés de una competición que en este 2020 cumple 50 años, mientras que Novak Djokovic persigue ser el que más veces lo ha hecho, junto a un Roger Federer que este año no se personará en Londres.

La capital británica no podrá despedir al suizo, por una lesión de rodilla, y dirá adiós a las Finales ATP tras once años embutidas entre las gélidas paredes del O2 Arena, un complejo gigantesco situado a las orillas del río Támesis. Este año, eso sí, no habrá cientos de aficionados al tenis deambulando por las numerosas tiendas que componen este megacentro comercial. La ATP ha creado una burbuja por la que los jugadores tienen que quedarse en un hotel cercano al estadio y solo podrán desplazarse entre estas dos ubicaciones. «No podemos ni ir andando entre una y otra», aclaró Nadal en rueda de prensa.

La pandemia ha manchado el adiós de un Londres que cederá el testigo a Turín (Italia) hasta 2025. Pero a Londres aún le queda una historia que contar. Después de cuatro años de ganadores noveles, Djokovic quiere recuperar su cetro y Nadal aspirar al único gran torneo que su palmarés añora y con el que igualaría a Manolo Orantes y a Álex Corretja, únicos españoles en lograr la antiguamente llamada ‘Masters Cup’. El manacorí nunca ha triunfado en el torneo de maestros. Como él mismo repite, porque su tenis nunca se ha adaptado del todo bien a estas circunstancias. No en vano solo atesora un entorchado bajo techo en pista dura, Madrid 2005.

Sus dos finales aquí, en 2010 y 2013, marcan el tope en un torneo al que los últimos años siempre ha llegado con dolencias físicas. En 2017 se fastidió las rodillas en el debut contra David Goffin, mientras que el año pasado se dañó el abdominal antes de las semifinales de París-Bercy, llegando tocado a Londres. Este año lo hace fresco físicamente, pero tras un dubitativo París-Bercy, donde tampoco ha ganado nunca, y donde el pase a las semifinales le costó dejarse sets por el camino con Feliciano López y Pablo Carreño. Ha quedado emplazado en un buen grupo (llamado Londres 2020) para él. Con Thiem, Tsitsipas y Rublev.