Nunca se sabrá qué habría pasado si Primoz Roglic se queda solo y aislado en los dos últimos kilómetros de la Covatilla. Nunca se sabrá si habría salvado la Vuelta que este domingo ganará en Madrid, la segunda consecutiva, la que conseguirá el corredor que no entró en el túnel ni se hundió en la miseria después de perder el Tour ante Tadej Pogacar a un día de París. Y a un día de Madrid salvó la victoria después de un rabioso ataque de Richard Carapaz en los tres últimos kilómetros de la Covatilla donde la ronda española del 2020 quedó vista para sentencia tras una intensa batalla.

Roglic llega este domingo a un Madrid vacío vestido de rojo, tal cual hizo hace un año, aunque entonces con el calor del público madrileño. Lo hará tras haber sido sin discusión ni debate alguno el mejor de la carrera, el que ya se vistió de líder el primer día y el que supo jugar con las cuatro victorias de etapa que ha conseguido, con las bonificaciones y con su fortaleza en la contrarreloj donde fue el mejor.

Pero nadie podrá discutir nunca que ayer se le apareció un santo, vestido de azul, un Marc Soler que auxiliaba al artanenc Enric Mas, que peleaba por ser cuarto, tras quedar descolgado Dan Martin, y cuyas pedaladas en favor del ciclista mallorquín le sirvieron para tomar oxígeno y recortar tiempo a un Carapaz que lo estaba poniendo contra las cuerdas y que a punto estuvo de convertirse en su segundo Pogacar. Mucho azote para cualquier ciclista aunque tenga la cabeza de hormigón como Roglic.

El Movistar, se quiera o no, siempre provoca debate; entre otras cosas porque normalmente están en el combate, aquí o en el Tour, y en el ciclismo, como en el fútbol y como en todos los deportes, aunque suene a frase hecha, unas veces se gana y otras se pierde y muchas veces no se logra el objetivo; en la Covatilla, la cuarta plaza de Mas que al final salvó Martin.

Mas aseguró que en la parte final de la subida, su equipo hacía la carrera que le convenía, no «ayudar» a Primoz Rogric, que iba tras él y Marc Soler, ni perjudicar a Richard Carapaz que había atacado por delante. Mas, al final quinto en la general, confesó que le hubiera «gustado estar un poco mas arriba en la general y ganar alguna etapa», pero que quizás haya pagado «la resaca del Tour de Francia», donde también fue quinto, y no haya tenido «la frescura» necesaria para una carrera de tres semana.