«Todavía estoy atacado. Se me hace incluso difícil valorar el partido con estos nervios», reconocía Luis García, técnico del Real Mallorca, tras sumar en La Romareda un nuevo empate. El preparador madrileño reconoció, ya algo más calmado, que se habían visto dos caras muy diferentes de su equipo, pero que durante los 90 minutos «la actitud» de sus jugadores «había sido de diez».

«Creo que la primera parte ha sido igualada, no ha habido ocasiones claras para ninguno de los equipos, pero en la segunda hemos sido mucho mejores que ellos. Hemos tenido tres o cuatro ocasiones muy claras y los jugadores se van jorobados de Zaragoza por no ganar. Ha sido una lástima», reconoció el técnico bermellón, quien insistió en resaltar la buena actitud de los suyos: «El equipo ha sido ambicioso los 90 minutos, pero a veces el rival también juega. En la primera parte quizás nos han maniatado, pero sé que si hubiéramos abierto el marcador en algún momento, el partido habría sido muy diferente».

Cuestionado por el cansancio que mostró el equipo tras la disputa de cinco partidos en trece días, Luis García reconoció que «más que físico», se trataba ya de un «cansancio mental». «En la charla ya se lo he dicho. Es la sensación de tener que volverse a meter en un partido. Este ritmo no se puede aguantar. En cada partido exigimos mucho esfuerzo a todos los jugadores, sobre todo a los de medio campo para arriba, pero ahora volvemos a la normalidad unos días. No haré tantas rotaciones porque entiendo que los jugadores podrán llegar frescos de un encuentro a otro. Cuando llegue el nuevo bloque de partidos consecutivos, volveremos a las rotaciones», descubrió.

Luis García reconoció que dos de los cambios que realizó durante el encuentro, «el de Febas y el de Baba», los hizo porque los propios futbolistas se lo habían pedido debido a unas molestias y no ocultó su preocupación por conocer el alcance de las mismas: «Han terminado tocados ambos jugadores, pero habrá que ver cómo se recuperan».