Baloncesto / LEBOro

El Palmer Palma resbala en Son Moix

Los mallorquines encadenan ante el Bàsquet Girona su segunda derrota tras un final de infarto en el estreno en casa

J.M.Arbucias

Carles Marco, entrenador del Bàsquet Girona, declaraba en la previa que el Palmer Alma Mediterránea Palma juega diferente al resto y que se basa mucho en el talento individual de sus jugadores. Posiblemente tenía razón. Y sus pupilos lo sufrieron en la pista. El partido fue un toma y daca continuo, que se decidió en las últimas posesiones. Cualquiera habría podido ganar. Y ayer la suerte a los locales le fue esquiva. A falta de 18 segundos, el Palma perdía por 1 punto. Disponía del balón. La responsabilidad del tiro ganador se depositó en su mejor jugador y máximo anotador, el recién llegado Ronnie Harrell. Un resbalón inoportuno propició la pérdida del balón y Girona aprovechó el lance parar embolsarse la victoria ante los trescientos espectadores que acudieron al Palau de Son Moix (78-81).

Empezó el partido con un Palmer Palma intenso en defensa, pero anárquico en ataque. Se topó con un Sabat inspirado desde la línea de 6,75 (6/6 en triples en 18 minutos). A los tres minutos de encuentro los catalanes mandaban en el marcador: 3-11. Los locales mejoraron y se fueron metiendo en el partido y empezó el carrusel de escasas diferencias entre ambos conjuntos. Harrell debutó en el quinteto inicial y causó una buena impresión. Jugador eléctrico, muy activo en ataque y en defensa, participativo. Ideal para el juego que propone el Palma. El primer período acabó con un 20-24 favorable al Girona.

En el segundo cuarto el equipo de Son Moix mejoró y fue ligeramente superior al rival. Sabat, letal en los diez minutos iniciales, estuvo sentado muchos minutos debido a sus faltas personales. A falta de 2:50 los isleños consiguieron ponerse por delante por primera vez en el encuentro y a falta de un minuto obtuvieron la máxima diferencia (41-37). Los últimos segundos devolvieron la ventaja a los gerundenses y se llegó al descanso: 41-42.

El tercer cuarto sólo sirvió para abonar el terreno a los diez últimos minutos determinantes y decisivos. Parecía que los dos equipos se habían puesto de acuerdo para jugarse el todo por el todo en el último tramo. Y así Palma gozó de una máxima diferencia de 2 puntos y Girona, de 6. Al final del mismo el electrónico reflejaba un apretado 59-64.

El último período empezó bien para los locales. A falta de 7 minutos dos finalizaciones de Díaz y Huguet, que aprovechó los minutos de que dispuso, empataron el encuentro. Y a partir de aquí el partido se convirtió en una moneda al aire. Harrell resbaló en el peor momento, a falta de 18 segundos y Sabat, después de recibir una personal, sentenció desde la línea de tiros libres. La moneda salió cruz.

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