Primoz Roglic miraba hacia atrás tras tomar la última curva junto al Santuario de Arrate, en lo más alto de Eibar. Miraba quizá para ver si aparecía, como si fuese una especie de fantasma, Tadej Pogacar, su pesadilla, el ciclista que lo desnudó de amarillo en un Tour que él y muchos creían que tenía ganado. Pero, a la vez, si alguien pensaba que el corredor esloveno había quedado moralmente tocado tras su derrota en Francia, qué equivocado estaba. Ya ha tomado el mando de la Vuelta, ya ha ganado la primera etapa y ya viste de rojo, para empezar y para demostrar que si se va a tragar todo el viento, todo el frío y todas las hojas caídas por las carreteras del norte de España es porque quiere sí o sí ganar esta carrera.

A él no le importa que las metas y las carreteras de la Vuelta estén tan desnudas de público como quedó él tras sucumbir ante Pogacar. Él es un sujeto frío, criado en la nieve y por lo tanto habituado a los peores elementos. Él tiene un equipo de Tour del que es el jefe, con magníficos ayudantes, a los que resulta casi un pecado llamarlos gregarios, como el estadounidense Sepp Kuss, un pedazo de corredor, que le hizo media subida a Arrate hasta que arrancó del resto de favoritos, entre los que iba Entic Mas, como si tuviera pólvora en las piernas.

¡Qué impresionante fue verlo en directo! ¡Cómo enfiló la última curva! Y ahí fue, a 75 metros de la línea de meta, cuando se giró para ver que ganaba, que nadie osaba seguirlo y que empezaba la Vuelta vestido, y no desnudo, con el mismo jersey rojo con el que el año pasado llegó a Madrid, cuando nadie llevaba mascarilla, cuando no había ninguna pandemia activa y cuando la Vuelta conectaba el agosto con el septiembre, entre temperaturas cálidas y sin hojas caídas por la carretera.

Enric Mas entró en la sexta posición, a un segundo del ganador, por lo que llegó entre los mejores de la carrera.

Enric Mas: «Hemos venido a ganar la Vuelta»

Enric Mas dijo que se encuentra «bien» y que si el Movistar trabajó esta jornada es porque está en la carrera «para intentar ganarla». «Contamos con la confianza de correr en casa y encontrarnos bien. Yo me siento muy bien. No sé si soy el representante de las opciones españolas pero me siento con fuerzas», dijo el de Artà, que hizo hincapié en lo «jodido» que de la etapa «con viento».