El tiempo dio una tregua en París y Rafael Nadal lo aprovechó para dar un golpe de efecto y demostrar que en la incertidumbre por la que discurre la temporada de la COVID-19 también puede dar un nivel muy elevado en su Roland Garros.

Los termómetros ganaron unos cuantos grados, el cielo se mostró menos encapotado y el ambiente menos húmedo. Sin llegar a la habitual primavera del Grand Slam de tierra batida, el otoño de esta edición se tomó un respiro y el español sacó todo su arsenal frente a un rival menor, el estadounidense Mackenzie McDonald, de 25 años, perdido ante el torbellino español, 6-1, 6-0 y 6-3.

En el camino hacia su decimotercer título el duelo no dejará mucha historia. Ni siquiera servirá para conocer cuál es el estado de forma real del español, que llega a París con menos partidos que nunca y sin ningún triunfo en la gira previa de tierra.

Mejor clima

Nadal jugó mejor porque las condiciones climáticas le fueron más propicias y la bola, de la que viene destacando su dureza y pesadez, se mostró algo más viva, más reactiva a sus golpes, más dañina para su rival. Superó los 30 golpes ganadores, pero reconoció que todavía tiene que mejorar.

Siempre positivo, el español contextualizó el partido en su proceso de crecimiento, en busca de la excelencia que, dijo a preguntas de un periodista, en tenis no es otra cosa que ganar, porque la perfección no es un fin, si no un medio para lograr la victoria.

Su próximo rival será el italiano Stefano Travaglia, de 28 años y 74 del mundo, que derrotó en cinco sets al japonés Kei Nishikori, que viene de una lesión y que se inclinó por 6-4, 2-6, 7-6(7), 4-6 y 6-2.

"Es un partido que me puede ayudar a hacer un poco de 'click' que necesito", dijo el español, que no ha jugado nunca contra el transalpino y que necesita referentes.

"Llevo cinco partidos en seis meses, son situaciones que no son normales, los regresos no son fáciles. Estoy satisfecho de cómo van las cosas", indicó.

"Cada partido que voy jugando gano en confianza, son horas en pista que me van ayudando a seguir avanzando en mi juego", aseguró.

De la 'cuali' a tercera ronda

También ganó Pedro Martínez, que se encontró menos dificultades de las esperadas frente al siempre correoso kazako Mikhail Kukushkin, al que acabó derrotando por 6-3, 6-1 y 6-0 y que ya ha firmado su mejor participación en un Grand Slam.

El tenista de 23 años, que se metió en el cuadro final a través de la fase previa, reconoció que "probablemente" sea la victoria más importante de su carrera en una temporada en la que ha sumado unas cuantas.

Ahora tiene ante sí el duelo de derrotar al joven estadounidense Sebastian Korda, el primer tenista nacido en el siglo XXI que supera dos rondas en París.

La joven promesa, que también entró en el cuadro final por la fase previa, se impuso a su compatriota John Isner por 6-4, 6-4, 2-6, 6-4.

"Lo vi jugar en Cincinnati y me gustó mucho. Es un chico muy joven, viene de pasar la previa y además acaba de ganar a Isner. Tendré que estar muy concentrado durante todo el partido. Si algo está claro es que ninguno de los dos es favorito", afirmó el español.

España cuenta todavía con otras cinco opciones de alcanzar la tercera fase en el cuadro masculino, Albert Ramos, Pablo Carreño, Roberto Bautista, Roberto Carballés y Alejando Davidovich, además de dos en el femenino, Garbiñe Muguruza y Paula Badosa.