Rafel Nadal aseguró ayer que esta edición de Roland Garros, que será especial por la ausencia de público en las gradas y una vigilancia sanitaria extrema, la afronta con “ilusión” y ganas de trabajar para adaptarse y poder ganar su decimotercer título en París. “De todas las veces que lo he jugado, es el que tiene las condiciones más negativas”, dijo antes de su debut, el lunes, ante el bielorruso Egor Gerasimov.
“Pero lo voy a intentar de la única manera que se puede: dejando todo cada día, con predisposición a aceptar los retos que se puedan ir presentando y superarlos, sabiendo que las condiciones no son ideales. Lo que no puedo fallar es en mi actitud”, afirmó. El manacorí, que persigue igualar a 20 títulos de Grand Slam con el suizo Roger Federer, puso al frente de las adversidades el clima, frío y lluvioso, pero también la bola, que los organizadores han cambiado por una más pesada que, a su juicio, pondrá a prueba los hombros y codos de los tenistas. “Estamos a 9 grados, para jugar un torneo en exterior estamos al límite. Además, está lloviendo cada día, las bolas son diferentes..., pero solo me queda adaptarme a todo eso”, señaló el actual número dos del mundo.