Nunca antes en su larga carrera, Rafel Nadal acudirá a su torneo fetiche, Roland Garros, con tan pocos partidos disputados sobre tierra batida. La rápida e inesperada eliminación del mallorquín ante el argentino Diego Schwartzman, en los cuartos de final del Masters 1.000 de Roma (6/2, 7/5) le deja en una situación precaria en cuanto a preparación sobre arcilla en su propósito de conquistar su decimotercer título en París. Solo tres partidos, ante Pablo Carreño, el serbio Dusan Lajovic y el propio Schwartzman, contemplan a Nadal, que ante el argentino acusó su larga ausencia de seis meses de las pistas.

  Nadal ofreció el sábado su peor versión en mucho tiempo en tierra batida. Con apenas un 43 por ciento de primeros servicios, se le hizo imposible superar a un rival inspirado y que, como reconoció el de Manacor al final del partido, “fue mejor”. Schwartzman tuvo la virtud de desesperar al campeón de 19 grandes, al que se impuso por primera vez en diez enfrentamientos. Nadal buscaba dar con la tecla, pero no la encontraba. Por eso se le vio probarlo todo, hasta continuas subidas a la red en un juego antinatural para el mallorquín. 

Nadal tenía previsto acudir a París desde Roma el martes, pero su eliminación le ha hecho cambiar de planes. Viajó ayer a Mallorca y mañana o pasado volará a París para entrenar y aclimatarse a las pistas que tan bien conoce con el objetivo de mejorar su servicio, insuficiente para ganar en París si no lo mejora con respecto al partido contra el argentino.

  Nadal lamentó no haber jugado a su nivel y felicitó a su rival por disputar “un gran partido”. “Ha sido una mala noche, contra un rival que juega muy bien, así que felicidades y mérito para él y para mí demérito por no haber hecho las cosas lo suficientemente bien”, dijo Nadal, nueve veces campeón en Roma.

  “Él ha jugado un gran partido y yo no. Es de los mejores del mundo y cuando juegas contra estos jugadores, si no juegas a tu nivel lo normal es perder y es lo que ha sucedido”, consideró Nadal. “Si pierdes tres veces consecutivas el saque a estos niveles es imposible. Las condiciones eran más pesadas que los días previos, la pelota no corría tanto. Llevaba muchos meses sin competir, sin tener esa capacidad automática de adaptación a las condiciones”, concluyó.