Rafel Nadal se despidió ayer, al filo de las doce de la noche, del Masters 1.000 de Roma al caer de forma inesperada ante un gran Diego Schwartzman, quince del mundo. El mallorquín, que había solventado con gran facilidad las dos primeras rondas ante Pablo Carreño y Dusan Lajovic, perdió por 6/2 y 7/5 en dos horas y tres minutos en lo que es la primera derrota ante el argentino en sus diez enfrentamientos.

Nadal exhibió su cara más desconocida. Excesivamente fallón, no encontró nunca la fórmula para superar a un rival que parecía tenerle tomada la medida. Mucho más rodado, el ‘peque’, como se le conoce en el circuito por su baja estatura, fue una roca desde el fondo de la pista. En 47 minutos cerró un primer parcial inmaculado, sin prácticamente ningún error que desesperaba a su ilustre rival. 

El segundo set fue diferente, aunque Nadal seguía sin ser el jugador que domina de forma tiránica sobre tierra. La manga fue más igualada, pero si el mallorquín hubiera estado un poco más atinado hubiese tenido sus opciones. Schwartzman seguía jugando bien, pero ya no con tanta precisión como en el primer parcial.

El argentino, apoyado en la grada por su novia y por su entrenador, el extenista Juan Ignacio Chela, se puso con un 15-40 nada más empezar el segundo set. Se le escaparon las dos oportunidades. Volvió a intentarlo en el quinto juego y tampoco remató a un rival herido. Hizo ‘break’ en el séptimo, en el noveno y en el undécimo. Ese fue el definitivo. Nadal había sido víctima de un mal partido, que queda reflejado en los números: 30 errores no forzados, solo un 43 por ciento de primeros servicios y únicamente 21 golpes ganadores. Así es muy difícil, y más ante un rival como el que tenía ayer enfrente, brillante hasta el final.

Nadal regresará hoy a Mallorca y a mediados de la próxima semana viajará a París para disputar Roland Garros, donde aspira a su decimotercer título.

   Por su parte, el serbio Novak Djokovic, número uno de la ATP, ganó por 6-3, 4-6 y 6-3 al alemán Dominik Koepfer (97) y jugará hoy contra el noruego Casper Ruud su undécima semifinal en Roma. Djokovic, cuatro veces campeón en la ciudad eterna, necesitó dos horas y diez minutos para imponerse a Koepfer, en un partido que se le complicó.