Solo podía ser un ciclista con apodo de superhéroe de cómic el que derrotase al incuestionable Primoz Roglic en las nubes del Tour. Había que apodarse Superman para mover los pedales de la bici por encima de los 12 kilómetros por hora en una cima tan inédita como cruel, tan salvaje como un potro desbocado, como un toro bravo en celo. Pero, este miércoles, aunque le hubiesen lanzado kryptonita sobre el empinado asfalto del col de la Loze, Miguel Ángel López estaba llamado a inscribir su nombre en una cima que ha entrado por sí sola y a la primera en la gran historia del Tour para mayor honra también de un ciclista llamado Roglic, decidido, valiente y perfectamente protegido por un Jumbo convertido en el dream team del Tour 2020, y que el domingo, salvo una sorpresa tan monumental como que la Tierra dejase de girar, llegará vestido de amarillo a los Campos Elíseos de París.

Una etapa gigantesca en la que el mallorquín Enric Mas dio la talla y, hasta el final, estuvo con los mejores. Al final llegó sexto, cediendo 1’12, y sigue octavo en la general, aunque ahora a 4’18. El artanenc se mostró satisfecho con su sexta posición, al tiempo que aseguró que la victoria de López demuestra que los eslovenos Roglic y Pogacar “no son imbatibles”. “Estoy contento, es verdad que me hubiese gustado llegar un poco más delante. A falta de 3 kilómetros iba muy bien, supongo que he sufrido un poco la altura, pero no puedo negar que estoy satisfecho", aseguró el ciclista del Movistar. “Vamos paso a paso. Ya dijimos que el equipo llegaba un poco atrasado de preparación, pero ahora estoy octavo de la general. Estamos en la tercera semana, que es muy dura, todo es posible”, señaló.

Mas se refirió a la táctica del Bahrain, que no sirvió a su líder, Mikel Landa. “No somos máquinas, somos personas y Landa puede haber tenido un mal momento. Esto es ciclismo y quien no arriesga no gana. Mikel ha arriesgado, no es que no le haya salido bien, es que otros estaban más fuertes”, señaló.

No resulta habitual en los Alpes, en la larga y sensacional historia del Tour, ver a los líderes de la carrera pedalear a 10 o 12 kilómetros por hora, mucho menos de la mitad de la velocidad media que suelen emplear en un puerto de categoría especial. Pero el col de la Loze no era especial, sino lo siguiente, una encerrona en toda regla, tan duro, tan complicado que ya puede ganarse el apodo del emperador alpino, el lugar que consagró a Superman e hizo grande a Roglic. El esloveno no pasará por ser el corredor más simpático y abierto del pelotón pero sí es digno de ganar el Tour y por la puerta grande.

En el Tour de los eslovenos solo Superman voló por encima de sus cabezas. En el Tour de los eslovenos y en el día en que Egan Bernal, el vencedor del año pasado, se apeó de la prueba, Superman alegró el día a Colombia para empezar a tomar posiciones en el podio de los Campos Elíseos, aunque deberá conseguir más renta.