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Opinión

La espantada de Lionel Messi

La espantada de Lionel Messi

2020 pasará a la historia como el año de la expansión universal de la pandemia del coronavirus pero también como el de la salida de Messi del Barça. El fenomenal jugador argentino comunicó el martes 25 de agosto por burofax que rescindía el contrato que le unía a la entidad, en uno de cuyos apartados se le reservaba el derecho a instarlo unilateralmente al término de la competición.

Una vez superada la enorme sorpresa que supuso el anuncio (Messi estaba ligado al equipo azulgrana desde niño y se daba por descontado que seguiría fiel a sus colores hasta el día de su retirada) empezó a discutirse en algunos foros si el plazo para ejercer ese derecho estaba superado en el tiempo. Un asunto de capital importancia porque en un caso la ruptura no daría derecho a indemnización y en el otro obligaría a depositar 700 millones de euros para liberar al futbolista del compromiso. Al respecto, la opinión pública está dividida.

Todos lamentan que el considerado mejor jugador de la historia deje de vestir la casaca del Barça y de dar el espectáculo casi mágico de su habilidad. Pero tampoco faltan aquellos que, a la catalana, se acogen al conocido dicho de que "las penas con pan son menos". Es de conjeturar que todo esto desemboque en un larguísimo pleito o, más probable aún, en alguna clase de arreglo que permita salvar la cara a los concernidos. Aunque no faltan tampoco (como el señor Font, candidato a la presidencia del club) aquellos que son partidarios de darle una cariñosa despedida a Messi en agradecimiento por los muchos años en que hizo disfrutar a los seguidores del Barcelona. Oponerse a la marcha un jugador cuando, por la razón que fuere, expresa la firme voluntad de cambiar de aires es una pérdida de tiempo. Y como muy bien resumió el presidente del Atlético de Madrid, don Enrique Cerezo, "los futbolistas acaban jugando en el equipo que ellos quieren". Dando por cierto que ese es el fin de esta escapada, el interés de los aficionados se centra en adivinar en que equipo jugará el astro argentino la próxima temporada.

Se cuentan con los dedos de una mano (Inter de Milán, PSG de Francia, Manchester City y Manchester United de Inglaterra) los clubes que tienen el dinero necesario para pagarle un sueldo fabuloso, inmersos como estamos todos en una crisis económica pavorosa. Salvo que surja sorpresivamente desde Oriente una oferta capaz de convertir a Lionel Messi en mucho más rico de lo que ya es. Al margen de todo eso, que ocupará la atención preferente de los medios durante un tiempo , la espantada de Messi (como antes lo fue, en tono menor, la del portugués Cristiano Ronaldo) deja a la Liga española sin los que fueron estos últimos años los máximos referentes de la eficacia goleadora mundial. Al tiempo que dos iconos publicitarios de primer nivel.

Los echaremos de menos. Sobre todo al argentino, que es más artista. Su dominio sobre la trayectoria que debía seguir la pelota hasta hacerla imposible de alcanzar por los porteros, fue inigualable. Seguiremos viendo fútbol pero ya nada será igual.

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