"Aunque no lo parezca por la mascarilla, estoy sonriendo", bromeó con los periodistas cuando posaba junto al director de Fútbol, Pablo Ortells, en su presentación como nuevo entrenador del Mallorca. Luis García Plaza exhibió ayer desparpajo, seguridad y ambición en su primera comparecencia en Son Moix. "Sí, nuestro objetivo final es ascender a Primera División, pero esta es la primera y la última vez que me vais a escuchar hablar de ello porque esa obligación llegará en junio. Hay que marcarse objetivos pequeños, paso a paso, día a día. Ahora mismo solo me importa el primer entrenamiento", dijo a los pocos minutos de empezar la rueda de prensa. Se esperaba la pregunta y tenía muy clara la respuesta.

El madrileño, de 48 años, desveló que la primera vez que conoció el interés del Mallorca por sus servicios todavía estaba en Arabia Saudí tras haber decidido desvincularse del Al Shabab. "Tengo una gran felicidad de estar en un club tan histórico como este y con una afición que sé que nos ayudará", dijo en primera instancia antes de ir más allá. "Estoy muy ilusionado y con muchas ganas de empezar a trabajar el lunes. Voy a exigirme a mí y a todos los de mi alrededor el cien por cien para conseguir los mejores resultados", aseguró.

El preparador, que ha firmado hasta junio de 2022, llega respaldado por una amplia experiencia en el fútbol español, donde ha dirigido a equipos como el Levante, el Getafe o el Villarreal y acumula 270 partidos oficiales. "La Segunda División ha cambiado, pero nosotros también. Me considero mucho mejor entrenador de cuando ascendí con el Levante hace diez años. Donde hay que ganar es en el campo y para ello necesitamos un equipo competitivo y que crea en una idea y más en esta categoría", comentó convencido. "Es un reto muy importante a nivel personal", agregó.

García Plaza, que llegará acompañado de su cuerpo técnico habitual, no titubeó a la hora de definir cómo desea que juegue su Mallorca. "Quiero un equipo valiente, atrevido y alegre, aunque no podemos olvidar ser compactos. Aspiro a llevar la iniciativa y a ser un buen equipo, tanto con como sin balón", afirmó antes de deslizar sus preferencias sobre el dibujo táctico: "Aunque me gusta mucho el 4-4-2 o el 4-2-3-1, el sistema que utilicemos no es tan importante, ya que es más variable. Lo que no tiene que cambiar es el estilo".

El técnico, que reconoció que harán una "pretemporada más corta de lo habitual", no ocultó cuál será una de sus primeras tareas como bermellón. "Hay una buena base, pero hay un exceso de jugadores en la plantilla, tiene que haber salidas. Pero antes de tomar decisiones quiero hablar con los jugadores. Soy exigente con ellos, he coincidido tres años con Manolo Reina y sabe que soy muy exigente con los futbolistas porque después ellos te lo dan también. Exploraremos los recursos del club y quiero la máxima implicación de todos", indicó.

El nuevo entrenador, que señaló que estará "muy pendiente" de la cantera, dejó la puerta abierta para que los jóvenes Luka Romero y Obrador, que ya debutaron en Primera, sigan con los mayores. "No miro nunca el DNI. Si un jugador de treinta y seis años rinde, jugará, pero si destaca uno de diecisiete, también", finalizó.