El Palma Futsal anunció ayer el acuerdo con el Viña Albali Valdepeñas para el traspaso definitivo de Juanjo Catela, que se marchó cedido el pasado mes de enero al conjunto manchego. Catela, que contaba con un año más de contrato en el club palmesano, ha cuajado una buena actuación con el reciente subcampeón de Liga, que abonará una cantidad inferior a los veinte mil euros para hacerse con su propiedad. El ala gaditano llegó a la isla hace dos temporadas procedente del Santiago Futsal y estuvo un año y medio a las órdenes de Antonio Vadillo hasta que se pactó su cesión por media temporada a Viña Albali Valdepeñas el pasado mes de enero. Una vez finalizada la temporada, las tres partes han decidido cerrar un acuerdo para el traspaso del jugador, que en Son Moix no tenía los minutos que buscaba debido a la gran competitividad existente en la plantilla de los verde pistacho.

Pope, cedido al Noia gallego

Por otra parte, Pope seguirá cedido una temporada más. El canterano, primer jugador que salió de la escuela infantil del Palma Futsal en Manacor, jugará en el Noia Portus Apostoli gallego, de Segunda División. El mallorquín ha jugado tres años cedido en el Burela Pescados Rubén, con el que ascendió a Primera División y con el que jugó 22 partidos en la pasada temporada, y ahora seguirá en Galicia, pero en el proyecto que dirige y entrena Marlon Velasco, técnico vinculado al club durante muchos años.

Pope tiene contrato con el Palma Futsal hasta 2022 y el club quiere que siga acumulando minutos como profesional y que siga su crecimiento como jugador profesional. El balear llegó a la elite con apenas 17 años y estuvo con el primer equipo durante dos temporadas antes de salir cedido a Segovia y Puertollano. Regresó a Palma para formar parte de la plantilla de la temporada 2016/17 y se optó por una nueva cesión dado que, por su juventud, necesitaba seguir creciendo.

Uno de los grandes problemas en la formación de jugadores ha sido el bajo nivel del fútbol sala balear durante muchos años por la ausencia de equipos competitivos a cierto nivel, un contratiempo que el Palma Futsal ha querido afrontar apostando por tener un juvenil en División de Honor y ascender a un filial que, ahora mismo, milita en la Segunda B. Ambos equipos han mejorado el nivel de los jugadores compitiendo cada fin de semana con equipos de la Península, donde existía un nivel mayor, además de una apuesta firme por crear una buena base de equipos filiales y ayudar a muchos clubes para que los niños quieran jugar a fútbol sala y no abandonen este deporte por el fútbol, como pasaba años atrás. Las cesiones hace que puedan seguir su evolución y afronten esa etapa decisiva para dar el salto a ser profesionales, como ha sido el caso de Pope.