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En estado de alarma

Mantener la distancia en carretera, norma imposible para los ciclistas

"Si vamos separados podemos formar una fila de 50 metros que puede suponer un gran riesgo para todos", dicen

Parte del grupo Kurrillos, ayer por la mañana durante un momento de su ruta por la isla. c.r.

Con la llegada de la fase 1 a Mallorca el pasado día 11 de mayo las calles comenzaron a poblarse de nuevo, la gente volvió a reunirse en terrazas y casas y los deportistas pudieron volver a estirar las piernas. El ciclismo, una de las disciplinas que más pasiones arrastra en la isla tanto a nivel profesional como amateur, se dio de bruces con una realidad que, si bien se aflojó con la entrada en la fase 2, la mayoría de los practicantes consideran incompatible con el deporte e imposible garantizar su cumplimiento: mantener la distancia en carretera.

Los ciclistas están acostumbrados a salir en pelotón, no por necesidad, sino por el mero placer de poder compartir rutas, ayudarse en momentos complicados y realizar una actividad en común. El pasado martes día 27 se publicó en el BOE las regulaciones para este tipo de práctica deportiva en la fase 2 de la desescalada: un máximo de 15 personas, mantener una distancia de seguridad de 10 metros y, en caso de no poder cumplirse, la obligación de llevar mascarilla como medidas principales.

La reacción de la mayoría de aficionados al ciclismo ha sido de incredulidad, a pesar de reconocer la dificultad de la situación, además de resaltar el hecho de que a una mayor distancia entre un grupo de corredores, mayor es el peligro que puede provocar en la circulación. "Si 15 personas van rodando separadas provoca que haya mucha distancia entre la cabeza y la cola del grupo. Si un coche quiere adelantar es mucho más peligroso que antes. ¿Qué pasa si viene otro de frente? Se nos tirará encima", explica Carlos Rubio, del grupo ciclista Kurrillos. Cuenta que salió el primer día que estuvo permitido hacer deporte y que a, pesar de que "fue muy duro por el tiempo de inactividad", fueron mayores las "ganas e ilusión" de volver a la carretera.

Poder aprovecharte de las ventajas que supone el rodar rueda a rueda es otro de los aspectos que destaca Marcel Cifre, del grupo ciclista Mussols, una técnica "muy difícil" de llevar a cabo si se tiene que mantener la separación entre ciclistas. "El distanciamiento va a ser muy complicado. Cuando hay un poco de cansancio intentas pegarte al de delante para tener menos viento de fuerza y poder ir a rebufo. De todas maneras, se intentará hacer todo lo posible para ir separados", puntualiza.

Bernat Soler, del grupo ciclista Rotors, señala que para él existe "falta de coherencia" y que es "imposible" mantener la distancia de seguridad. "Si sudas o tiras agua, a la velocidad que vamos, seguro que le dará a todos los que van detrás dando igual la distancia. Además, si vamos separados, podemos formar una fila de más de 50 metros que puede suponer un gran riesgo para todos", critica.

Pero sus quejas no se centran tan solo en esta cuestión, sino también en la limitación impuesta durante la fase 1 que impedía poder salir del municipio, una norma que dejó de estar en vigor al entrar en la fase 2. "Era una medida ridícula. De esta forma lo que se provocó fue una gran acumulación de ciclistas en pocos kilómetros. No podía cruzar a otro municipio, pero sí ir a la otra punta de la isla a tomar algo con diez amigos" relata Soler. En su misma línea se pronuncia Marcel, quien explica que debido a esa situación se vio obligado a realizar circuitos "más pequeños" y cruzarse con más gente "que formando parte de un pelotón".

El miedo a una posible sanción económica de las autoridades es algo que a todos ellos se les pasó por la cabeza a la hora de salir a rodar durante la fase 1. "Teníamos que ir muy alerta y con nervios de no rebasar el límite, desconocido en muchos casos, para no pisar otro municipio y poder ser multados", recuerda Carlos.

La postura de estos tres ciclistas viene avalada también por el discurso del presidente de la Federación Balear de Ciclismo Fernando Gilet. El dirigente asegura que entienden la complejidad de la situación, pero advierte que en la resolución oficial no se atiende a la "singularidad del ciclismo". "Los ciclistas salen en grupetas para ir uno a rueda de otro, y si se recomienda diez metros de separación es imposible", explica el presidente de la FCIB. Además, no olvida a aquellos que salen a entrenar de manera individual, al señalar que "es inviable cumplir los protocolos de distancia, porque siempre se adelanta a otros ciclistas o personas".

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