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Los futbolistas temen ser criticados al tener los test que se les niegan a los sanitarios

Los médicos de los clubes salieron muy decepcionados de la reunión con LaLiga al no obtener respuestas a todas las dudas que plantearon sobre el regreso

Aún faltan bastantes semanas para poder ver de nuevo entrenamientos en grupo en los equipos. B. Ramon

Ya no es cuestión de si las estrellas del fútbol están más o menos enfadadas (y en contra) de la concentración previa a la vuelta de la Liga. Ya no es cuestión de si quieren viajar en aviones con asientos vacíos a su lado o en vagones de trenes especiales. Ya no es empezar pronto o tarde, el desconcierto va mucho más allá de estos detalles que, hace unos días, centraban el debate.

Ahora que LaLiga quiere poner en práctica el protocolo para volver a competir, tanto los futbolistas como los médicos de los clubes de Primera y Segunda se muestran muy inquietos porque no han recibido garantías plenas de seguridad (nadie habla ya de la vacuna) y los doctores se sintieron maltratados y ninguneados cuando, por separado los de una y otra división, cambiaron impresiones con los responsables de LaLiga, liderados por Víctor Martín, un alto ejecutivo contratado hace poco por Javier Tebas, presidente de la patronal futbolística.

Los médicos no recibieron ni una sola respuesta a sus dudas por parte de LaLiga, que utilizó la reunión para informar o asegurar que el fútbol se pondrá en marcha la próxima semana con el primer test a los futbolistas, el próximo martes ("muy pronto me parece", comentó Irene Lozano, secretaria de Estado para el Deporte).

La pregunta fundamental que no fue contestada por la patronal fue: ¿Qué ocurrirá si se detecta uno, dos o tres casos en los entrenamientos? ¿Qué pasará si el contagio se produce reanudada ya la Liga? ¿Qué sucederá si se produce en el seno de la familia de un futbolista? "No hay, de momento, respuesta o al menos a nosotros no nos la dieron", reconoció el doctor Rafael Ramos, presidente de la Asociación de Médicos de Fútbol, en la COPE.

El desconcierto, pues, es enorme a pocos días de, en teoría, reemprenderse la actividad en el fútbol que, como reconoció el propio ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes, "se ha de convertir en el mascarón de proa del regreso a la actividad del deporte español". Aseguró entender la incertidumbre de los futbolistas y hasta su miedo, pero aseguró que todo se realizará con seguridad y en condiciones. Los médicos de los clubes, muy especialmente los de Segunda, fueron durísimos con las condiciones y la manera que está utilizando la Liga para organizar el regreso a la competición.

Los futbolistas, que exigen total seguridad a sus médicos, han expresado su temor, a través de los doctores, de que la sociedad, que ya los considera unos privilegiados, les critique despiadadamente por contar con todo tipo de test, no solo en el inicio de su preparación sino cada tres días; test que, en estos momentos, ni siquiera tienen los médicos y sanitarios que están salvando vidas (y contagiándose continuamente) en los hospitales.

"Entiendo perfectamente a la gente cuando nos considera, en ese sentido, unos privilegiados", comentó Gio Zarfino, capitán del Extremadura, en la Cope, "pero también me gustaría que nos entendiesen a nosotros. Somos trabajadores, empleados, y nos sometemos a los test que nos dice nuestra empresa para poder trabajar. No creo que seamos los culpables de que no haya test para todo el mundo. Evidentemente que, por ese motivo, nos sentimos mal e incómodos".

LaLiga, lógicamente con autorización del Gobierno, ha contratado a una empresa privada (SYNLAB) para que, en pleno estado de alarma, acuda, el próximo martes, a las instalaciones de los clubes de fútbol para realizar el primer test (PCR) y, posteriormente, los test serológicos a la lista de personas que cada club ha enviado ya a la patronal. Es, precisamente, ese privilegio el que hace temer a los futbolistas una lluvia de críticas y de ahí que algunos médicos sugirieran, en la charla con LaLiga -que sirvió, según dos de los consultados, "de muy poco"-, que el Gobierno "haga una campaña mentalizando a la población de que el fútbol se presta, de alguna manera, a comprobar con esta experiencia, con la vuelta a la actividad, cuál es el auténtico estado de la pandemia y si se puede o no volver a la normalidad pausadamente".

Las voces en el mundo del fútbol son muy diversas. Desde la opinión de Paco Jémez, técnico del Rayo Vallecano, que aseguró a TVE que "los test deberían de guardarse para la gente que los necesita, por ejemplo, los sanitarios que están salvando vidas", hasta la amenaza de Fali, jugador del Cádiz, que ha asegurado que se retira "si me obligan a jugar sin que exista aún una vacuna".

El riesgo cero no existe y así se les ha hecho saber, no solo a los médicos, sino también a los futbolistas, a los que se les hará firmar un consentimiento para la realización de los test en el que, precisamente, se les avisa de que el peligro de contagio existe. Hay quien piensa que ese documento no tiene valor ante los jueces. Aunque los futbolistas, cuyos seguros no contemplan indemnizaciones en caso de verse afectados por una pandemia como la del coronavirus, reconocen que es una ruina económica, deportiva (muchos se están jugando el ascenso, el descenso o, incluso, sus contratos) y social no volver a jugar, "entiendo", ha comentado Ramón Rodríguez 'Monchi', director deportivo del Sevilla, "que exijan, como trabajadores que son, poder realizar su trabajo en condiciones y, sobre todo, con seguridad".

Los hay, como Gerard Moreno, del Villarreal, que piensa que "mientras haya posibilidad de contagio y sigamos sufriendo la muerte de alguien, me parece inapropiado pensar en volver a jugar". Claro que también los hay como Xisco Campos, del Real Mallorca, que, en sintonía con Rafel Nadal, considera que "si mi padre, con 62 años, va cada día a trabajar a la obra, no sé por qué yo no puedo irme a entrenar a la ciudad deportiva".

Lo cierto es que el Gobierno, el CSD, LaLiga y la Federación Española parecen dispuestos a empujar, desde la próxima semana, el regreso del fútbol, mientras que jugadores y médicos tienen dudas. "Una cosa está clara", señaló Zarfino: "El Protocolo que han creado es imposible, absolutamente imposible, de cumplir por un club como el nuestro porque se necesita medios, espacio y dinero que nadie tiene".

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