La Real Federación Española de Voleibol fue la última que decretó ayer el aplazamiento de todos los partidos de las competiciones estatales de voleibol hasta el 4 de abril para prevenir la expansión del COVID-19. Esta medida afecta a clubes isleños como el Urbia Voley Palma y el ConectaBalear Manacor de Superliga masculina además del JS Hotels Ciutat Cide que compite en Superliga 2 femenina.

Este golpe de timón se produjo con la intención de ampliar la postura inicial del Consejo Superior de Deportes de disputar dichos partidos a puerta cerrada. En la Superliga masculina, a los clubes palmesano y manacorí les restaban dos jornadas para finalizar la fase regular antes del play-off por el título.

En el caso de la Superliga 2 femenina, a la entidad colegial le faltaban tres semanas antes de la liguilla por el ascenso a la máxima categoría. Además la RFEVB reserva un anexo de su comunicado en el cual permite "a aquellos equipos que deseen disputar sus partidos de común acuerdo (€) disputarlos bajo su responsabilidad debiéndose celebrarse en las condiciones establecidas en el comunicado nº1", es decir a puerta cerrada.

En este contexto al Urbia le quedaba viajar este fin de semana a Santander y recibir la próxima jornada al Teruel antes de iniciar el play-off por el título. Marcos Dreyer celebró que se haya tomado una decisión así porque "se había vuelto una situación incómoda tener que viajar a Cantabria pasando por un foco de contagio como es Madrid sin saber si podrías volver".

Ante la medida de poder disputar encuentros a puerta cerrada por acuerdo entre clubes, el entrenador del conjunto de Ciutat destacó que "si no encontrábamos un vuelo directo era una locura intentar llegar allí". Dreyer aseguró que, en su opinión, lo más justo era "terminar como mínimo la fase regular cuando se pueda y después ya veremos qué hacemos con las opciones al título".

En el ConectaBalear la postura de Andreu Mesquida va en la línea contraria. El presidente del Club Voleibol Manacor consideró de "incongruencia permitir jugar partidos a puerta cerrada" y se mostró partidario de "terminar la competición tal y como está". El motivo, explica Mesquida, es que "los contratos de los jugadores expiran el 24 de marzo y, acabar más allá de esta fecha la competición, supondría un grave problema para poder contar con ellos".

"Sé que tal vez no nos harán mucho caso en la federación porque está la lucha por la permanencia y esta medida nos favorecería", confesó Mesquida en referencia al calendario que les queda por delante a los de la capital del Llevant desplazándose al feudo del Teruel y midiéndose después al Ushuaïa Eivissa en Manacor buscando la salvación.

La hoja de ruta del Cide pasaba por recibir al Aguere Ciudad de La Laguna, viajar a Castelló y finalizar antes del play-off de ascenso ante el Universitat de Alacant en casa. Toni Figuera no comparte "que se deje la puerta abierta a jugar partidos a puerta cerrada porque adulterará la competición".

El presidente de la entidad colegial asumió que tocará ir semana a semana porque su siguiente rival "no quería salir de Tenerife y nuestra intención es la de no viajar a Castelló el próximo fin de semana".

Otro problema añadido para Figuera es la posibilidad de seguir entrenando en las instalaciones del Cide. El máximo responsable del club no escondió que dependen "de lo que se decida en materia educativa porque, si se cierra el colegio también quedará cerrado el pabellón".

Por su parte, la Federación Balear de Voleibol, ante los efectos del coronavirus, anunció que aplazaba todos los partidos de competición este fin de semana.