El Barça-Nápoles de la Liga de Campeones programado para el 18 de marzo a las 21 horas se disputará a puerta cerrada, según el acuerdo al que han llegado este martes la Generalitat y los responsables del club reunidos desde las 9 horas en la sede del Departament de Salut. Al encuentro, inicialmente y antes de las últimas consignas del Gobierno italiano, tenían previsto acudir 5.000 seguidores de la ciudad napolitana.

Por parte del Barça han acudido a la reunión Òscar Grau y Albert Soler, así como el responsable de los servicios médicos del club, Ramon Canal. De todas maneras, y al margen de la decisión de disputarse el encuentro a puerta cerrada, todo está pendiente también de la posibilidad de que finalmente el Nápoles no viaje a Barcelona. Con la disputa del partido a puerta cerrada el Barça tendrá un impacto negativo de alrededor de 4,5 millones de euros.

"La recomendación era que el partido se juegue a puerta cerrada por criterios sanitarios y el Barcelona lo ha asumido", aseguró el secretario general del Deporte de la Generalitat, Gerard Figueras.

La confirmación

La medida fue confirmada por el secretario general del Deporte Catalán, Gerard Figueras, y el secretario de Salut Pública de Catalunya, Joan Guix, al finalizar la reunión extraordinaria, en la que participaron representantes del FC Barcelona, la Secretaría General del Deporte y los departamentos de Salud e Interior de la Generalitat.

De esta forma, el partido de vuelta de octavos de final de la Liga de Campeones entre el Barcelona y el Nápoles (1-1 en la ida), previsto para el próximo miércoles 18 de marzo, se disputará sin público en el graderío, un hecho que no acontece en el estadio barcelonista desde el 1 de octubre del 2017, cuando el club decidió no abrir las puertas aquel domingo para el partido Barça-Las Palmas por la situación política en Cataluña.

La precaución

En este caso, la precaución sanitaria sugerida por la Generalitat, ante la posibilidad de que unos 5.000 italianos viajen con su equipo, ha llevado al club azulgrana a seguir el criterio del Gobierno catalán, y más cuando Italia es uno de los focos más potentes en la propagación del coronavirus, y que ha causado la muerte de 463 muertos asociados a esta infección de forma directa o indirecta.

"El club ha asumido la decisión como propia y va a aplicar las recomendaciones del Govern. Agradecemos que se anteponga la seguridad de la ciudadanía", explicó Figueras a preguntas de los periodistas.

Por su parte, el secretario de Salut aseguró que la decisión de celebrar el partido a puerta cerrada se ha tomado por criterios "estrictamente sanitarios" y que nunca se planteó otra alternativa, negando los rumores sobre la posibilidad de jugar el partido sin la presencia de los 5.000 aficionados italianos a los que el Barcelona les había vendido entradas.

Otros clubs

Así, el Barça se une a otros grandes clubs y federaciones internacionales que han tomado medidas extraordinarias para evitar un mayor contagio del COVID-19, como el Valencia y París Saint-Germain (PSG), que también celebrarán a puerta cerrada sus partidos de Liga de Campeones contra el Atalanta y el Borussia de Dortmund alemán, respectivamente, y el Comité Olímpico Nacional Italiano (CONI), que anunció este lunes la suspensión de todos los eventos deportivos en Italia hasta el 3 de abril.

A pesar de que Nápoles no es una de las cuatro regiones confinadas de Italia, la Generalitat ha decidido tomar esta medida porque actualmente Italia es el segundo país del mundo con más casos -9.172- y fallecidos -463- por COVID-19. "Vamos a estar atentos a las medidas que vayan apareciendo cada día porque la situación es cambiante", concluyó el secretario del deporte, al ser preguntado por la ampliación de medidas sobre el deporte catalán.