Siete meses ha necesitado el Mallorca para sumar su primera victoria a domicilio Ha costado, pero ha valido la pena. Los goles de Dani Rodríguez en la primera parte y de Kubo en la segunda enganchan al equipo rojillo a la permanencia. El gol del mallorquín Bigas con el tiempo cumplido se quedó en una anécdota. A falta de lo que haga el Celta en su visita al Getafe, el equipo de Moreno iguala a puntos con los gallegos. El Mallorca ganó por su gran efectividad en ataque y su gran solvencia en defensa, con un gran partido del trío de centrales, Sedlar, Raíllo y Valjent.

El Mallorca afrontaba el encuentro como lo que era, una auténtica final, aunque todavía quedan once para el final del campeonato. No cabía otro resultado que la victoria para no quedar prácticamente descolgado de la lucha por la permanencia. Y desde el primer minuto, los hombres de Moreno demostraron estar concienciados de lo que se jugaban. Sin hacer un gran fútbol porque el equipo no está precisamente para muchas florituras, y menos a estas alturas de la temporada, pero siendo efectivos, solventes en defensa e intentando aprovechar las oportunidades que se presentaran, que iban a llegar.

Sorprendió Moreno con la presencia de Sedlar como tercer central, en la segunda vez que lo hacía esta temporada tras el partido en Granada, con Pozo y Lumor como carrileros. Le salió bien la jugada. El equipo rojillo, que vistió de blanco, estuvo muy ordenado, con marcas muy estrechas sobre los delanteros del Eibar, a los que no se les vio en la primera parte. Solo un lanzamiento de falta de Cote a los once minutos, que se estrelló en el larguero, fue la única ocasión de los locales. En el centro del campo, Dani Rodríguez hacía las funciones del sancionado Salva Sevilla, con Baba, a quien le costó entrar en el partido, de fiel escudero. En punta, la KCB, Kubo, Cucho y Budimir. El croata volvía al equipo después de perderse por lesión el partido ante el Getafe. No tuvo su mejor día. Para desgracia del Mallorca, entró muy poco en juego. Diferente fue el papel de Cucho y Kubo, dos de los destacados en Ipurua. El colombiano por su lucha y entrega constante, tan defensa como delantero; el japonés, por su descaro, sus regates y buenos centros. Sin duda es el futbolista con más clase del equipo.

La oportunidad del Mallorca llegó a cuatro minutos del descanso en un lanzamiento de falta escorado de Dani Rodríguez. El balón lo rozó Arbilla con la cabeza y acabó de despistar a Dmitrovic. El quinto gol de la temporada del gallego, que iguala a Lago, de nuevo suplente, propició que el Mallorca se fuera al descanso con ventaja por primera vez en la temporada. Se presentaba una oportunidad única para sumar por primera vez los tres puntos a domicilio.

El Eibar salió a por todas en la segunda parte. Consiguió encerrar al Mallorca en su área y el equipo de Moreno lo pasó muy mal. A los nueve minutos Sedlar estuvo providencial en un remate a bocajarro de Charles cuando el balón iba dirigido a la portería de Reina. El central serbio lo celebró como si hubiera marcado. No era para menos. En la siguiente acción, de nuevo Charles estuvo a punto de empatar, pero Reina detuvo su remate de cabeza.

Mendilibar no tardó en hacer los primeros cambios. Expósito y De Blasis entraron por Diop y Pedro León. El primero, un centrocampista ofensivo, el segundo un extremo con desborde. Estaban claras las intenciones del técnico del Eibar, consciente de la importancia de sumar los tres puntos.

El Eibar atacaba cada vez más y, lógicamente, dejaba huecos en defensa. El Mallorca tuvo la sentencia en el minuto 64 cuando Cucho, completamente solo, remató fuera un gran centro de Lumor, muy bien en ataque. Las ocasiones se sucedían. Y ahora le tocaba al Eibar, con un remate de Charles, la mayor amenaza de los locales, que frustró Valjent con una gran anticipación.

A veinte minutos del final Moreno realizó el primer cambio, Lago por un inoperante Budimir, que seguramente acusó la inactividad que le obligó a parar los últimos quince días. Cuando más defendía el Mallorca, llegó la oportunidad para Kubo, que con un remate con la derecha culminó una gran acción de Pozo. Era el minuto 77 y el partido parecía sentenciado. Moreno dio entrada al coreano Ki por el japonés. El Eibar marcó por medio de Bigas en el añadido, pero no hubo tiempo para más. El Mallorca cantó victoria, y no una cualquiera. Es la que permite seguir soñando con la salvación.

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