Lago Junior (Abiyán, Costa de Marfil, 1990) las ha visto de todos los colores en el Mallorca. Ha vivido un traumático descenso a Segunda B y ha sido protagonista en los dos brillantes ascensos consecutivos a la elite del fútbol español, pero a buen seguro que no está disfrutando con el momento que está atravesando sobre el césped en un tramo tan delicado de la temporada.
El rendimiento del delantero está muy por debajo de las expectativas justo en el momento en el que más se le necesita. Hace tiempo que su característica capacidad de desborde, que tantas alegrías ha reportado en Son Moix, ha desaparecido. Lo intenta, pero no le sale. Y eso es lo peor. Ni en el uno contra uno ni en velocidad, el africano está lejos de ser el futbolista que marcaba diferencias vestido de rojillo. Ni siquiera en el juego asociativo está fino y está perdiendo muchos más balones de lo habitual.
Jamás se puede dudar de su sacrificio y esfuerzo, pero es evidente que eso no es suficiente en la Primera División. Lo que le valía en Segunda y Segunda B, en la elite le está costando demasiado. El pasado domingo ante el Getafe volvió a repetirse la historia de sus últimas actuaciones ya que volvió a ser intrascendente en el ataque de los bermellones, tanto como ariete como de extremo. A excepción de alguna jugada esporádica, con una internada al inicio de la segunda parte y un remate en el último suspiro del encuentro, Lago volvió a estar desafortunado. Incluso ya ha perdido la condición de indiscutible para el técnico Vicente Moreno, uno de sus grandes valedores. De hecho, en el triunfo ante el Alavés se quedó en el banquillo por decisión técnica por primera vez desde que el valenciano está en la isla (1-0) y, en el empate en el Benito Villamarín ante el Betis, disputó los últimos veintitrés minutos (3-3). Antes había sido titular en veinte encuentros de veintiséis.La lesión de Budimir le reabrió las puertas del once frente a los azulones, pero no lo aprovechó.
Lago, que en los dos ascensos consecutivos fue decisivo, con ocho -Segunda B- y diez goles -Segunda-, lleva cuatro en Primera. Uno de ellos sirvió para dar los tres puntos en el histórico triunfo ante el Real Madrid (1-0) en una jugada para el recuerdo, mientras que los otros tres fueron desde el punto de penalti frente a Osasuna (2-2), Villarreal (3-1) y Real Betis (1-2).
Moreno necesita recuperarle lo antes posible. El marfileño, que tiene contrato hasta 2023 y que ya es discutido entre un sector de la afición, es el primer interesado en volver a sentirse una de las estrellas del equipo para tirar del carro en un momento tan complicado, con el equipo a tres puntos de la salvación. Más vale tarde que nunca.
CONTENIDO_RELACIONADO
- Kubo, Lago y Febas, tres jugadores para un puesto
FIN_CONTENIDO_RELACIONADO
