En contra de lo que había prometido el pasado día 11, cuando desde el interior de su vehículo, en el momento de abandonar por última vez las instalaciones del estadio de Son Moix tras haber sido despedido de manera fulminante por la propiedad, aseguró que convocaría una rueda de prensa "después del partido ante el Alavés", Maheta Molango se despidió ayer por carta de todo el mallorquinismo, con el que ha compartido alegrías y decepciones en los últimos cuatro años, concretamente durante 1.499 días. El ya exconsejero delegado del Mallorca afirma que se va "eternamente agradecido" a los propietarios estadounidenses de la entidad, "Robert Sarver, Andy Kohlberg, precisa, "por la oportunidad" que le dieron. "Espero que, a través de mi honradez, compromiso y pasión, haya podido devolverles la confianza depositada en mí", señala.
En el turno de agradecimientos generaliza, y asegura que ha "aprendido de todos y cada uno de los entrenadores, directores deportivos, jugadores, empleados (en el sentido más amplio de la palabra, entre los que incluyo todos aquellos que no suelen 'salir en la foto' pero que fueron fundamentales para construir un club sólido y sostenible", añade el ex CEO mallorquinista.
A diferencia de lo que hace con la cúpula dirigente, no menciona a las dos personas que han trabajado codo con codo con él en los últimos dos años y medio, el director deportivo Javi Recio y el entrenador Vicente Moreno. El entrenador y el que ha sido principal ejecutivo del club en estos últimos cuatro años han mantenido "una relación profesionalmente correcta", según explicó Moreno el pasado viernes, "aunque no se puede decir que seamos amigos", añadió.
Los motivos
Una semana después de la destitución, todavía se desconocen los motivos reales de su salida. "Lo que me explicaron es que había diferencias de criterio", explicó el entrenador valenciano cuando le preguntaron si conocía las razones. "Business es business", fue la única pista que ofreció Molango a su salida del estadio.
La nefasta pol, tanto en el mercado de verano como de invierno, ha pesado a la hora de tomar la drástica decisión. Molango, junto a Recio, se ha visto obligado a trabajar con el yugo de ser el club con el límite salarial más bajo de Primera. Pero, según hizo público la Liga Profesional la semana pasada, el Mallorca ha aumentado 3,5 millones de euros su límite salarial con respecto al verano del pasado año. Y el resultado ha sido únicamente las cesiones de Pozo, del Sevilla, y del griego Koutris, del Olympiacos.
Los problemas en la renovación de determinados jugadores, de la importancia de Raíllo o Dani Rodríguez, también pueden haber influido para que la propiedad se haya decantado por la despedida de Molango.
Desde la salida del principal ejecutivo de Sarver en Palma, el presidente Andy Köhlberg es el que está al mando del día a día del club, al menos hasta que regrese a Estados Unidos, con la colaboración del director financiero Alfonso Díaz, que de manera "interina", como rezaba la nota del anuncio de la destitución de Molango, estará al frente de la parcela económica, aunque no deportiva.
Desde el club se señala que no hay prisa por encontrar un sustituto para Molango, aunque el presidente norteamericano está realizando gestiones en los últimos días para encontrar el perfil que la propiedad considera el adecuado. El nombre de Mateu Alemany, al parecer con varias ofertas de clubes importantes sobre la mesa, pierde fuerza con el paso de los días y la posibilidad de que se consume su retorno al Mallorca es cada vez más remota.
Lo que sí sorprende es que la destitución de Molango se haya producido en un momento tan trascendente de la temporada, con el equipo inmerso de lleno en la lucha por la permanencia. Hubiera resultado más lógico tomar la decisión a final de la presente temporada.
Köhlberg
El presidente del Mallorca Andy Köhlberg ha citado para esta tarde en Son Moix a representantes de la Unió de Penyes Mallorquinistes, la antigua Federació de Penyes, que preside Toni Vallespir. El mandatario norteamericano, que estará acompañado por el director financiero Alfonso Díaz, quiere entablar una nueva relación con los peñistas tras la etapa que se abre con la salida de Molango. Por su parte, la Unió de Penyes, que engloba a 37 peñas del club y a unos cuatro mil abonados, abordará una serie de temas que no han sido resueltos con el anterior CEO.
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