El Mallorca perdió ante el Valladolid por culpa de una acción que podría entrar en el libro de los ilustres horrores defensivos en el fútbol profesional. "Ha sido una cadena de errores, algunos difíciles de entender", llegó a reconocer el técnico Vicente Moreno con un tono que reflejaba su resignación.

Era el minuto cincuenta y cinco y Lumor, que cuajó una buena actuación, corrió hacia la banda en el campo del rival para coger un balón que acabó regalando de forma incomprensible. Y ahí empezó Sergi Guardiola su particular carrera de setenta metros solo ante el peligro. Y lo más grave para el mallorquinismo es que se salió con la suya con demasiada facilidad. Salva Sevilla y Xisco Campos le siguieron con la mirada sin apretarle adecuadamente, algo extraño en dos futbolistas con tanta experiencia como ellos. Solo Enes Ünal acompañaba al futbolista blanquivioleta, que estaba rodeado de otros cuatro bermellones. El centro de Guardiola rebotó en primera instancia en Salva Sevilla y eso hizo que el capitán perdiera de vista el balón, al que dio la espalda. El delantero de los pucelanos volvió a enviar el esférico hacia el corazón del área y Enes Ünal, libre de marca, cabeceó a placer para fusilar a un desesperado Manolo Reina. Joan Sastre también había fallado a la hora de vigilar al ariete turco, que no se podía creer que esa jugada les hubiera puesto por delante. Son Moix se quedó helado. Mudo. No se lo esperaba, a pesar de que el equipo no estaba fino.

Los goles casi siempre llegan por errores del adversario, eso es tan viejo como el fútbol, pero que fueran tan groseros duele más porque tira por la borda el trabajo de toda la semana. Y obligan al Mallorca a apretarse todavía más los dientes. No se pueden volver a repetir acciones como esta, y menos ante rivales directos. La suerte para los rojillos es que el Celta perdió y no le adelanta en la tabla. Pero no siempre se puede jugar con fuego.

Afición Largas colas en Tribuna de Sol por problemas en los tornos

Muchos de los aficionados de Tribuna de Sol que ayer acudieron a Son Moix para presenciar el encuentro entre el Mallorca y el Valladolid se quejaron de las largas colas que se formaron en los tornos para entrar al estadio. De hecho, fueron centenares los que llegaron a su localidad con el partido empezado, tal y como informaron a este diario varios de ellos visiblemente molestos. Algunos aseguraron que estuvieron veinticinco minutos para entrar, con el perjuicio que ello conlleva. Ayer acudieron 13.891 espectadores al duelo.