Diario de Mallorca

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Minuto 91

Un Mallorca de 45 minutos

Más de lo mismo. Tras maravillar hace siete días ante el Valencia, ayer, en Anoeta, el equipo volvió a las andadas y fue goleado en una segunda parte para olvidar.

Los jugadores de la Real celebran uno de los goles marcados al Mallorca, mientras Valjent se dirige al centro del campo. Lof

Miquel Soler resumió de la mejor manera el encuentro que disputó ayer el Mallorca en Anoeta: los partidos duran noventa minutos, no 45. Tras una primera parte más que digna, los hombres de Moreno tiraron por la borda en un minuto, el primero de la reanudación, todo el buen trabajo del primer tiempo. Y cayeron dos más para un 3-0 inapelable. El conjunto rojillo ha desaprovechado una oportunidad única para distanciarse de sus máximos rivales y, aunque los resultados de la jornada no han sido del todo malos -ninguno ha ganado, aunque tampoco han perdido-, no puede extraerse ninguna lectura positiva tras una derrota tan contundente como la de ayer.

Un punto de treinta. Con tan pobre bagaje a domicilio va a resultar prácticamente imposible mantener la categoría. Porque por muy bien que se le dé al equipo en Son Moix -y se le da-, es de ilusos pensar que lo va a ganar todo en su estadio en lo que queda de temporada. El milagro es que, haciéndolo tan rematadamente mal fuera, sigan fuera del descenso, lo que da una idea del pobre nivel de sus rivales.

Un flaco favor le hace Moreno a sus jugadores cuando, después de un partido que ha perdido de forma clara, diga: "En muchas cosas somos los que más dificultades tenemos para competir, y fuera de casa se nota más". No es momento para lamentaciones, sino para mostrarse autocrítico con el juego de sus hombres, capaces en solo siete días de ofrecer lo mejor y lo peor de su repertorio. Es para que la dirección deportiva se ponga manos a la obra y fiche a alguien para ser titular.

No por obvio sobra recordarlo. El partido del sábado ante el Valladolid en Son Moix no es una final, pero es lo que más se le parece. Una victoria supondría meter a otro equipo en la lucha por la permanencia.

La Real Sociedad sí protestó. Al rival de ayer sí le han hecho caso desde la Federación Española, que volvió a cometer el error de asignar un partido de Copa a un equipo solo 48 horas después del anterior. Illarramendi fue el primero en quejarse en Twitter y, esta vez sí, Rubiales se percató de su nueva metedura de pata y cambió, a diferencia de lo que (no) hizo con el Mallorca. A eso se le llama agravio comparativo, aunque una llamada desde la isla no hubiera estado de más.

Iñaki Williams es el último ejemplo de racismo en un campo de fútbol. Un sector de los hinchas más radicales del Espanyol despidieron al delantero del Athletic con gritos despectivos cuando fue sustituido. La Liga Profesional debe actuar de una vez por todas y el club catalán expulsar de por vida a unos aficionados que no se merecen entrar en ningún recinto deportivo. Por racistas y por impresentables.

Rajoy y Rivera, ¿una broma? Ha sido una de las noticias de la semana, la posible candidatura del expresidente del Gobierno a la presidencia de la Federación Española de Fútbol. Como buen gallego, en la presentación de su libro lo dejó todo en el aire. Y, para remate, el expresidente de Ciudadanos también aspiraría a la presidencia. Si lo ha de hacer igual que al frente de su partido, mejor que se quede en casa.

Con la muerte en accidente de Kobe Bryant se va un mito del baloncesto y del deporte. El exjugador de los Lakers y doble campeón olímpico falleció ayer de forma trágica a los 41 años, con toda una vida por delante. Junto a Jordan, Lebron y Magic Johnson ha sido el mejor en lo suyo.

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