Adrián Castaño es sinónimo de superación y todo un orgullo para el Real Club Náutico de Palma. El palista mallorquín fue uno de los protagonistas de la última Gala del Deporte y, entre ceja y ceja, se marca un objetivo: participar este agosto en los Juegos Paralímpicos. Para ello, Castaño se la juega todo a una carta, la que le brinda el Mundial de Duisburgo. En la modalidad de paracanoe KL1 200, el palmesano peleará por el pasaporte a Tokio.

Máximo exponente del piragüismo adaptado de Balears, Castaño ha encontrado en el deporte una válvula de escape y, sobre todo, un bálsamo para la enfermedad que sufre, una artrogriposis múltiple congénita que le afecta a las articulaciones de las manos y las piernas y que le han obligado a pasar por quirófano hasta en veinte ocasiones a lo largo de su vida.

Castaño conoció el piragüismo por casualidad, tras un viaje de estudios que realizó en 2º de la ESO. Mejora la fuerza, la movilidad y sobre todo desconectar del día a día y los estudios son los grandes argumentos que le han enganchado a este deporte, donde ahora quiere inscribir su nombre en los próximos Juegos.