El Atlético Baleares visita este mediodía (12:00 horas) el Estadio Miramar de Luanco con el reto de ganar al Marino, el club con menos presupuesto del grupo y de los más bajos de Segunda B, y mantener intacto el objetivo de hacerse con el campeonato de invierno.

El líder dará un paso importante si vence, puesto que tiene al Atlético de Madrid B a un punto y en la última jornada de la primera vuelta (5 de enero) recibe en casa a la Peña Deportiva en el derbi balear con el que arrancará 2020. Incluso podría ser campeón de invierno hoy mismo si gana y pierde el filial rojiblanco.

Pero antes, el grupo de Manix Mandiola debe hacer frente a un rival que llega al duelo espoleado por la derrota sufrida en Eivissa la semana pasada (3-1 ante la UD Ibiza). Además, los asturianos no pueden dejar escapar más puntos de Miramar si quieren seguir fuera de las plazas de descenso: el equipo de Oli Álvarez (exfutbolista de Oviedo, Betis o Cádiz) solo ha ganado cuatro de 8 partidos en casa, aunque han sido en los últimos cinco en casa.

El Atlético Baleares ha viajado a Luanco con solo 17 jugadores. El partido corrió ayer peligro de suspensión: el avión de Palma, aunque al final pudo salir tras 45 minutos de espera.

Son baja para este envite, todos por lesión, Canario -al que aún le quedan varios meses de recuperacion-, el central andaluz Checa, el italiano Luca Ferrone -el lateral derecho se lesionó el martes en la Copa ante el Unionistas- y José García (con el que no cuenta demasiado Mandiola y que ahora mismo tiene muchas opciones de abandonar el equipo en enero).

El técnico vasco apostará por dar continuidad a su bloque, con la única duda de si apuesta por Iturraspe en la mediapunta o si se decide por ponerle un acompañante a Gabarre. Borja San Emeterio se perfila como lateral derecho, a no ser que prefiera ser más conservador y alinee a Orfila.

Además de las bajas, en el Atlético Baleares preocupan sus estadísticas con el colegiado Julio Fermín Leo Ollo: con el árbitro navarro, el más veterano de Segunda División B con 40 años, los blanquiazules no han ganado ninguno de los cinco partidos en los que les ha dirigido.