El partido ante el Levante del pasado viernes dejó una imagen tan curiosa como surrealista. La filmó IB3, siempre atento a cada movimiento que realiza Vicente Moreno. En un instante del encuentro Joan Sastre se acercó a la zona técnica del Mallorca para hidratarse. El técnico valenciano aprovechó el momento para reprender al futbolista de Porreres, quien respondió con un sorprendente empujón hacia el míster. Lejos de calmarse, el de Massanassa insistió, llegando a chocar con el lateral al tiempo que le aleccionaba con un discurso de lo más áspero. La imagen fue fea, horrible, pero déjenme ponerles en situación. Sastre se acerca al banquillo durante la celebración del tanto que anota Dani Rodríguez, en un momento de clara alegría y después de que el mallorquín ganara la banda y orquestara un gran centro al interior del área. Lo que entiendo que hace Moreno es alentar a su jugador, recordarle que cuando quiere es capaz de hacer cosas maravillosas sobre el verde. Por lo menos, hasta que los protagonistas no se pronuncien sobre el tema, déjenme creer en mi versión, quiero pensar que no todo está perdido.
De Alaró a Campos
Dos años y medio distan de las vergonzosas imágenes que dieron la vuelta al mundo (y no exagero) de la batalla campal entre padres, durante un partido de infantiles entre el Alaró y el Collerense. Pues bien, cambiamos los actores, permutamos la categoría y en esta ocasión nos situamos en Campos. Este pasado sábado la isla volvió a albergar una multitudinaria pelea, en esta ocasión en un partido de juveniles que enfrentó al equipo del pueblo ante la Penya Arrabal. Si indecentes fueron unas imágenes, me cuesta encontrar un adjetivo para catalogar las que se vivieron este pasado fin de semana. Una de dos: O esto pasa en toda España y nosotros no nos enteramos, o somos el hazmerreír de este país y algo estamos haciendo realmente mal. La sanción a los culpables debe ser ejemplar, que para otra vez, al que se le calienten los cables en un partido, al menos se lo piense dos veces.
El ciclista, una víctima demasiado fácil
Un estremecedor vídeo de una grupeta de ciclistas circulando por Palma y siendo arrollada por una kamikaze al volante sorprendió a propios y extraños este pasado sábado. La indefensión y el desamparo de quien circula sobre las dos ruedas solo la conoce realmente quien practica dicho deporte. El causante del accidente se dio a la fuga para entregarse al día siguiente. Ahora se investiga si el alcohol pudo tener algo que ver en el caso. Una cámara pegada a una de las bicicletas registró el momento, captó la matrícula del temerario conductor y demostró, una vez más, que se respeta demasiado poco al ciclista. Átense una cámara en sus bicis, por favor.
