En baloncesto, como en otros muchos deportes, cuando se mira una clasificación, se leen los partidos ganados y los perdidos. Sin embargo no todas las victorias pesan lo mismo. Las hay que sirven simplemente para subir peldaños en la clasificación. Otras, para quedarte como estabas. Las hay que salvan cabezas de entrenadores. También pueden ser el inicio de una luna de miel deportiva... El domingo el B the travel brand consiguió algo más que una simple victoria. Venció y convenció. Fue muy superior al rival, lo hizo a domicilio, contra un conjunto que no había perdido todavía en casa, un ex-ACB, que tiene como propósito el ascenso, que ostentaba la mejor defensa de la competición y que ocupaba la segunda posición en la tabla clasificatoria. No se venció a un cualquiera.
El equipo mallorquín mandó en el electrónico durante todo el encuentro, llegó a ganar de 29 puntos. La defensa fue extraordinaria, el grado de concentración, muy elevado. Consiguió mejores porcentajes que los donostiarras en tiros de 2, en triples, en tiros libres, capturó más rebotes, repartió más asistencias, puso más tapones y obtuvo mejor valoración total de equipo. Simplemente una mancha, la de los últimos minutos, que permitió al Gipuzkoa reducir la diferencia y terminar perdiendo sólo por 13. Un auténtico golpe de autoridad.
Victorias como las del domingo tienen mucho valor. Dejan entre otros un claro anuncio a todos los participantes de la Liga, un mensaje que confirma que el BTTB va en serio. No sólo sobre el papel, ha confeccionado una plantilla con el objetivo claro del ascenso, también sobre el parqué, porque empieza a jugar como un equipo que quiere ascender. El algodón no engaña. Se han completado siete jornadas y ya no hay dudas. El B the travel brand Mallorca es seguramente el máximo candidato a hacerse con una de las dos plazas que da derecho a jugar la próxima temporada en la ACB.
