El Real Madrid se quejó al final del partido de dos posibles penaltis que el colegiado Javier Alberola Rojas no vio. En el primero, una posible falta de Baba sobre Casemiro al filo del descanso. El centrocampista brasileño cayó en el área pequeña de la portería defendida por Reina al contactar con Baba. El árbitro pasó por alto la posible pena máxima -que las imágenes no aclaran-ya que invalidó la jugada por un fuera de juego que en realidad no era. Casemiro estaba habilitado por centímetros y por tanto, la jugada debía haber continuado.

Otra de las acciones conflictivas del partido se produjo en el minuto 84 en un posible agarrón dentro del área de Salva Sevilla, que hacía solo tres minutos que estaba en el terreno de juego al sustituir a Vinicius.

De lo que más se queja el madridismo es que el colegiado no solo no señaló penalti sino que el VAR tampoco revisó la jugada.

No fue la única acción polémica de un partido en el que destacó la deportividad. A los quince minutos de partido el árbitro no quiso saber nada de una posible acción punible dentro del área del Real Madrid del colombiano James Rodríguez sobre Fran Gámez. Lo cierto es que el jugador de Sagunto apenas protestó.

El árbitro acertó en la expulsión por doble amarilla a Odriozola. El lateral madridista, en una noche aciaga -dejó chutar a Lago en la acción del gol-, vio la segunda tarjeta amarilla en el minuto 74, cuado más atacaba su equipo en busca del empate por una dura entrada al costamarfileño, que cinco minutos después, agotado, tuvo que abandonar el terreno de juego sustituido por Trajkovski.

El duelo llegó al final sin sobresaltos para un Mallorca que se mostró muy serio en todas las facetas del juego, haciendo imposible cualquier intento del Real Madrid de batir a Reina. Llegó de esa manera su primera derrota en el campeonato.