Con el arbitraje de Víctor García (Comité Catalán), el Atlético Baleares tratará de aferrarse hoy al liderato del Grupo I ante el que está llamado a ser su rival más directo: la UD Ibiza (12:00 horas, Can Misses).

Los de Pablo Alfaro, que no pierden desde la jornada 2, por presupuesto, plantilla y proyecto deportivo están llamados a priori a luchar por dar el salto de categoría. Además, como locales no conocen la derrota desde el 18 de noviembre de 2018. Y quieren hacer historia y ser el primer equipo de Vila en encabezar una clasificación en la categoría de bronce del fútbol español.

En el Atlético Baleares su técnico Manix Mandiola, poco amigo a tener 'ataques de entrenador', deberá mover ficha a la fuerza. La baja de Luca Ferrone por lesión obligará a recurrir a Pedro Orfila y situarlo al costado derecho de la defensa; o bien colocar a su recambio natural, el cántabro Borja San Emeterio. Si el inamovible Jon Aurtenetxe se encuentra a punto, el resto del once tipo del eibarrés saltará de inicio sobre el césped sintético del recinto municipal ibicenco.

Pablo Alfaro también sufre la importante ausencia para el partido de hoy de su central titular Gonzalo de la Fuente, lesionado frente al Inter (distensión en el ligamento lateral interno de la rodilla izquierda.) Su lugar lo ocupará el argentino Mariano Gómez si no hay sorpresa de última hora. Por lo demás, recupera para la causa al exmallorquinista Miguel Núñez, que en principio volverá a su sitio en el once titular en detrimento de su sustituto, Toni Arranz. El que sí tiene garantizado su sitio en el once titular es Javi Lara. El centrocampista cordobés de 33 años es, con diferencia, el mejor jugador de la categoría en su sitio. Experiencia, calidad, visión de juego y disparo. Lo tiene todo, y de hecho es el jugador diferencial con el que cuenta Alfaro para marcar diferencias.

Kike y Rubén, el morbo

A nadie se le escapa que la presencia en el Ibiza de Rubén González en el centro de la zaga, y del que fuera capitán blanquiazul Kike López, en la banda derecha, creará el lógico morbo en los cerca de 400 seguidores del Atlético Baleares que estarán presentes en las gradas.

Y todo ello en el marco de un partido inédito, pero que cuenta como precedente más aproximado en Segunda B al que se disputó el 27 de septiembre de 2008, con la ya desaparecida Sa Deportiva Eivissa como rival de los blanquiazules. El marcador (2-0 para los locales) de poco le sirvió al final de la campaña ya que tanto pitiusos como balearicos acabaron la campaña en puestos de descenso a Tercera División, junto con la Peña Deportiva.